La Semana de la Moda de Londres, dedicada a las colecciones masculinas otoño/invierno 2020 y que terminó este lunes, celebra el multiculturalismo a pocas semanas del Brexit. Estos son algunos de sus puntos fuertes:
Retorno a los orígenes
Nada mejor que un aire del Caribe para calentar el invierno londinense. Los jóvenes estilistas Grace Wales Bonner y Nicholas Daley exploraron sus dobles orígenes británico y jamaicano.
Wales Bonner, de 29 años, explicó a la AFP haberse divertido «alterando un poco» tejidos británicos «muy tradicionales, muy reconocibles» para crear, por ejemplo, gorros de lana Shetland con los colores de Jamaica.
Esta colección, bautizada «Lover’s Rock», por el nombre de un estilo de reggae romántico que nació en la capital británica en los años 1970, era «para mí de alguna forma inevitable», asegura la creadora, de padre jamaicano y madre inglesa.
También Daley, diplomado como Wales Bonner en la prestigiosa escuela londinense Central Saint Martins en 2013, celebró sus orígenes jamaicanos en una colección cuyas referencias van del jazz experimental al arte abstracto.
Ambos diseñadores se vieron marcados por las obras de Frank Bowling, pintor abstracto británico nacido en Guyana a quien el museo londinense Tate Modern dedicó una retrospectiva el año pasado. Su inspiración aparece en prendas como un poncho con capucha multicolor.
En la colección de Daley, los pantalones de tartán azul o rojo se llevan con deportivas negras costumizadas para obtener un estilo neobohemio.
Boda Iraní
El público que el sábado asistió al desfile de Paria Farzaneh se vio trasportado a Irán para la celebración de una boda, una escena impactante un día después de la muerte del general iraní Qasem Soleimani en un ataque con dron estadounidense.
«En estos tiempos inciertos, es bueno tener un momento de celebración», dijo tras la presentación de la estilista británica de origen iraní.
Se invita a las mujeres a sentarse en un lado y a los hombre en el otro para asistir al intercambio, en farsi, de votos matrimoniales de la joven pareja. El novio viste una chaqueta con capucha que cierra con cremallera hasta los ojos.
Ni frac ni traje de tres piezas para los invitados. Esta colección de streetwear realizada en colaboración con Gore-tex es resistente al agua, traspirante y respetuosa del medioambiente: el poliéster y el nailon proceden de botellas de plásticos o redes de pesca recicladas.
Los delicados estampados de flores, firma de la diseñadora, ornan las mangas de las parkas caquí y alegran las capuchas de los anoraks.
Hombre con glamur
El estilista Edward Crutchley, una de las estrellas ascendentes de la moda británica, vive una «época de glamur». Su colección gira en torno al tema de la opulencia, centrada en un voluminoso abrigo de visón con estampado de camuflaje.
Celebración de un mundo sin fronteras, su colección es una extravagante mezcla de géneros: sombreros triangulares inspirados en un pueblo de Namibia, hombros que se inspiran en los vestidos tradicionales filipinos, pantalones de esmoquin o camisas hawaianas con colores psicodélicos.
En la colección presentada por Stefan Cooke, los hombres visten abrigos de tweed con cuello de barca que recuerdan los años 1920, desdibujando la frontera entre lo masculino y lo femenino.
Moda responsable
Muchos diseñadores utilizan hoy en día materias recicladas o técnicas respetuosas del medioambiente, como Priya Ahluwalia, que da una nueva vida a ropa de segunda mano, pero Bethany Williams acompaña este compromiso con un enfoque social.
Esta estilista de 30 años, premiada como «talento emergente» el mes pasado en la ceremonia anual de los Fashion Awards, recompensas de la moda británica, ha trabajado esta temporada con la asociación The Magpie Project que ayuda a madres y niños sin hogar.
Los abrigos tienen mangas ultralargas y flecos en el cuello, las prendas se llevan extraamplias y los colores estallan. La madre de Williams tricotó personalmente algunas de las piezas y se vio recompensada: la colección celebra la infancia, la maternidad y la familia.