- La fiscal Maurene Comey es reconocida por su papel clave en los procesos contra Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell y goza de prestigioen Nueva York y todo elpaís.
Washington, 17 de julio de 2025 — El Departamento de Justicia de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Trump, ha cesado sorpresivamente a Maurene Comey, fiscal federal en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York (SDNY), conocida por su papel clave en los procesos contra Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, así como en casos como el del rapero Sean “Diddy” Combs ().
La fiscal Comey es una prestigiada abogada graduada de Harvard (2013). Se unió al SDNY en 2015, y fue promovida a asistente del fiscal en 2016. Ella dirigió unidades contra el crimen organizado y corrupción pública y lideró cargos exitosos contra Maxwell (20 años de cárcel desde 2022) y Robert Hadden, entre otros.
Además, integró el equipo que procesó a Sean “Diddy” Combs, juicio concluido recientemente y es hija del ex director del FBI, James Comey, destituido por Trump en 2017 .
Razón oficial del despido
Según la información oficial, fue informada de su despido mediante una carta del DOJ, alegando la autoridad presidencial según el Artículo II de la Constitución de EE. UU., lo que significa que la orden ha salido directamnete de la Casa Blanca.
El Departamento de Justicia no proporcionó explicación pública. Un portavoz de la Casa Blanca declaró que fue una decisión “del DOJ” sin interferencia directa de Trump.
¿Motivación política?
Se especula que su parentesco con James Comey —conocido adversario de Trump— fue factor determinante en la destitución de la fiscal, pues funcionarios señalaron que “tener un Comey” en el sistema judicial era “insostenible” para esta administración.
También se interpreta como un mensaje para fiscalías independientes que trabajan en casos sensibles relacionados con Trump, reforzado por despidos de fiscales vinculados a temas como los documentos clasificados y el asalto al Capitolio.
Relevancia del caso Epstein
La decisión ocurre en medio del contencioso sobre la divulgación de documentos del caso Epstein, incluido una presunta «lista de clientes», en la que, se especula, podría aparecer el nombre del propio donald Trump, quien aparece en varias fotografías en compañía de Jeffrey Epstein.
Semanas atrás, el DOJ y el FBI declararon que no existían pruebas de tal lista y que no liberarían más registros, lo que generó malestar, incluso entre los seguidores del presidente.
El propio Trump, en respuesta, descalificó las preocupaciones al calificarlas de “hoax” (fraude), y acusó a republicanos de distraerse de sus éxitos.
El caso Epstein fue virtuamente revivido por el exasesor y examigo de Trump, el millonario elon Musk, quien aseguró al retirarse del Gobnierno que el nombre del presidente aparecía en la llamada «lista Epstein».
Implicaciones inmediatas
Comey advirtió en un mensaje interno que su despido sin motivo sembraba miedo también que la independencia de la justicia se veía «coartada»: “el miedo es la herramienta de un tirano”, dijo.
Algunos representantes MAGA exigían su despido, mientras que senadores republicanos incluso, demandan más transparencia y liberación de archivos Epstein .
Abogados y analistas ven un patrón de acciones que subordinan la justicia a motivaciones políticas, especialmente en casos relacionados con Trump.
¿Y qué dijo Trump?
El mandatario defendió su postura, tildando la polémica de “interesdada” y acusando a “republicanos tontos” de seguir narrativas demócratas en ese tema. También expresó incomodidad interna por la presencia de “un Comey” en su gobierno, según fuentes citadas por ABC News .
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Panorama general
El despido de Maurene Comey —una figura central en casos de alto impacto como el de Epstein, plantea un serio cuestionamiento sobre la independencia del poder judicial. A la sombra de la investigación en curso sobre los archivos Epstein y la división de opiniones en el Partido Republicano, el episodio intensifica el debate sobre hasta qué punto se utiliza poder ejecutivo para influir en la justicia.
Este caso ilustra una tensión creciente entre poderes judiciales federales y decisiones políticas con alto tinte partidista. El despido ha provocado reacciones diversas —desde respaldos entre círculos MAGA hasta alarmas por el deterioro institucional— y añade combustible a un debate ya encendido en torno a la soberanía del sistema legal en Estados Unidos.