El gobierno del presidente Barack Obama aprobó la apertura de la primera fábrica estadounidense en Cuba en después de más de 59 años al autorizar a una empresa de Alabama para la construcción de una planta que ensamblaría hasta mil tractores pequeños al año para su venta a agricultores independientes en la isla.
La planta tendrá un valor de entre 5 y 10 millones de dólares, y se podrá fabricar legalmente tractores y otro equipo pesado en una zona económica especial habilitada por el gobierno cubano para atraer inversión extranjera, informó el Departamento del Tesoro a los socios de la compañía, Horace Clemmons y Saul Berenthal.
Las autoridades cubanas ya han respaldado el proyecto de forma pública y entusiasta. Los socios esperan tener en marcha la producción de tractores en Cuba para el primer trimestre de 2017.
Esta es la primera inversión corporativa significativa de una empresa de Estados Unidos en territorio cubano desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959 y nacionalizó miles de millones de dólares de propiedad privada y corporativa estadounidense.