La diseñadora estadounidense Tory Burch dominó este viernes el segundo día oficial de la NYFW, la Semana de la Moda de Nueva York, con un mensaje alegre inspirado en Inglaterra para escapar de tiempos políticos turbulentos y una profusión de geometría y color.
El cuadro fue campestre, en los jardines del museo de diseño Cooper Hewitt en Manhattan, donde se realizó el desfile, que dio el tono de esta colección llena de entusiasmo y frescura.
«Lo necesitamos», explicó Burch a la AFP tras el desfile, señalando que los tiempos «no son optimistas».
«Debo compartimentar porque me preocupo mucho de lo que pasa en nuestro país, pero también debo hallar la alegría en la vida», dijo.
Por eso presentó una colección que exuda «alegría y felicidad», «sin ignorar la tristeza de lo que sucede» en este momento en Estados Unidos.
Burch buscó inspiración para esta colección en el diseñador británico David Hicks (1929-1998), que desde los años ’60, con su gusto por la geometría y los colores, rompió con la neutralidad preferida por la mayoría de sus colegas.
«Quería agregarle un toque moderno, inspirarme en él pero hacerlo a nuestra manera», confió la diseñadora de Pensilvania (este), que optó por estampas geométricas, simétricas o no, que destilaban toques de color, a veces muy vivos.
¿Su meta? Ofrecer a las mujeres la posibilidad de experimentar con el color, «para no tener que siempre vestir de negro».
Burch, presidenta de la marca que lleva su nombre, valorada por Forbes en 600 millones de dólares, dijo que está llegando de a poco a la idea de que «menos es más», y que está experimentando.
– Ostras a voluntad –
Como en oportunidades anteriores, Kate Spade eligió presentar su colección en un ícono de Nueva York, esta vez el célebre Oyster Bar de la Estación Central de trenes, de techos abovedados de baldosas. Pero como el tema de esta colección fue Nueva Orléans, se sumó a la fiesta una orquesta de vientos.
Mientras los mozos repartían ostras a voluntad, las modelos se pasearon entre los presentes en ropas colores pastel y floreadas, románticas y livianas.
La colección fue un poco más deportiva que en el pasado, con chaquetas de estilo universitario y jeans sobrios. Como accesorios, abundaron las pequeñas carteras en tonos pastel, y a veces en estilo canasta de picnic.
La colección «es un poco más desabotonada, un poco más fácil esta temporada, lo cual la torna más relevante», dijo a la AFP la presidenta y principal jefa creativa de la marca, Deborah Lloyd.
Aunque Kate Spade fue comprado por la marca de carteras Coach por 2.400 millones de dólares hace cuatro meses en la búsqueda de éste por llegar a los consumidores «millenials», Lloyd asegura que nada ha cambiado desde el punto de vista del diseño.
«Los negocios siguen como siempre. La razón por la cual nos compraron es porque somos una marca independiente», sostuvo.
Lloyd explicó que prefiere este tipo de presentación a los desfiles «porque es una oportunidad de reunir a todo el mundo, la gente puede acercarse a la vestimenta, y aún me gusta la conexión humana, hablar cara a cara y no depender solo de las redes sociales».
En febrero pasado, la presentación de Kate Spade fue en el afamado Russian Tea Room de Manhattan.
– Un debut «soñado» –
Buena parte del mejor talento estadounidense como Altuzarra, Rodarte y Proenza Schouler desertaron la NYFW esta temporada, pero para el diseñador italiano Giuliano Calza, de 28 años, debutar en la Gran Manzana es un sueño.
Su marca GCDS («God Can’t Destroy Streetwear», o «Dios no puede destruir la moda urbana») develó una fantasía divertida y coqueta, inspirada en la novela de Truman Capote «Los cisnes de la Quinta Avenida» en el segundo día oficial de la NYFW.
Giuliano Calza, de 28 años, fundó la marca de lujo «made in Italy» y destinada a una clientela joven hace apenas dos años en su garage, pero ya se ha ganado muchos devotos e hinchas fanáticos como Kendall Jenner, Bella Hadid y Hailey Baldwin.
Sus ropas son vendidas en 230 tiendas de todo el mundo. La marca abrió su primera tienda en Milán en diciembre pasado, y Calza, educado en Shanghai, está ocupado con planes para expandirse en Asia.
«Milán es divertido, es mi ciudad, es donde vivo, pero Nueva York es aún el sueño», dijo Calza a la AFP tras bastidores antes del desfile, que mostró joggins de cintura baja y camisetas tejidas cortas y sofisticadas.
«Estar aquí en esta ciudad, la que más me gusta, es increíble», afirmó.