La exmandataria argentina Cristina Kirchner sumó este viernes un nuevo juicio, con la causa conocida como «los cuadernos de la corrupción», justo cuando se encuentra metida de lleno en la campaña por las presidenciales del próximo 27 de octubre.
El juez Claudio Bonadio decidió que la causa sea elevada a juicio oral, tras finalizar el proceso de instrucción, y reiteró un pedido de desafuero a Kirchner, quien goza de inmunidad parlamentaria, dijo a la AFP una fuente del tribunal que atenderá el caso.
Kirchner goza de fueros por su condición de senadora y no puede ser detenida, aunque sí juzgada y condenada. El Congreso ha rechazado hasta ahora debatir sobre un retiro de su inmunidad parlamentaria.
La fecha para el comienzo del juicio aún no ha sido fijada.
Kirchner, de 66 años y quien gobernó Argentina entre 2007 y 2015, postula como aspirante a la vicepresidencia en la fórmula de Alberto Fernández, del peronismo de centro-izquierda, claro favorito frente al presidente liberal Mauricio Macri, que busca la reelección.
Este sábado tendrá un acto de campaña en La Matanza, un feudo peronista en la provincia de Buenos Aires.
Persecución política
Gregorio Dalbón, uno de los abogados de Kirchner, aseveró que las acusaciones contra la exmandataria responden a una «persecución política».
«No hay ninguna prueba de cargo contra ella. Las causas buscaban evitar que compita en las elecciones y lo que han logrado es lo contrario, su imagen está intacta. Está en libertad porque es inocente», declaró Dalbón a la AFP.
En el caso de «los cuadernos de la corrupción», Kirchner es considerada como jefa de una asociación ilícita a través de la cual habría recibido pagos en dólares en efectivo de parte de empresarios que deseaban ganar licitaciones de construcción de obra pública, según la acusación.
La causa se basa en una serie de cuadernos de apuntes que llevó durante años un chófer del ministerio de Planificación, en los que anotaba recorridos, nombres de funcionarios y de empresarios y cantidades de dinero trasladado.
La fiscalía estimó en al menos 160 millones de dólares el monto de los sobornos que también habrían sido pagados entre 2003 y 2007, durante el gobierno de su esposo, el ya fallecido Néstor Kirchner.
La causa ha salpicado prácticamente a todo el sector de la construcción en Argentina, incluyendo a la familia del presidente Mauricio Macri, cuyo hermano Gianfranco fue citado a declarar el año pasado para responder a denuncias que involucran a la compañía Autopistas del Sol, parte del conglomerado Socma (Sociedad Macri).
También el empresario Angelo Calcaterra, primo del presidente, se encuentra involucrado en este proceso.
Juicio en curso
Contra la expresidenta hay 13 causas judiciales abiertas y siete pedidos de prisión preventiva.
Actualmente es juzgada en otro caso de corrupción, por la supuesta irregularidad en la concesión de licitaciones viales durante su mandato (2007-2015) en la provincia de Santa Cruz (sur), feudo de su familia.
En ese juicio que comenzó este año, la exmandataria se ha tenido que acudir varias veces ante el tribunal para la fase indagatoria. En la primera sesión estuvo acompañada desde el público por líderes de organismos de defensa de los derechos humanos como la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carloto.
Con éste son ya cuatro los casos elevados a juicio oral, entre estos uno por lavado de dinero a través de hoteles de la familia, en la que también están acusados sus hijos Máximo y Florencia.
Kirchner acaba de regresar a Argentina desde Cuba, donde estuvo más de una semana visitando a su hija Florencia, sometida a tratamiento médico en la isla desde principios de año.