Nuevas terapias antirretrovirales, para controlar y evitar la propagación del virus VIH llegan a Guatemala, que se estima son unas 50 mil personas, mientras que en Centroamérica se calcula que son 223,300, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según expertos, los principales factores que determinan el éxito de una terapia antirretroviral para tratar el VIH son tres: eficacia, seguridad, y adherencia, siendo esta última fundamental para mejorar la condición de vida de los pacientes.
El medicamento
A partir del mes de abril, la compañía farmacéutica GSK pone a disposición un medicamento que funciona como inhibidor de la integrasa de 2° generación. La droga impide la inserción del material genético del virus a las células sanas, interrumpiendo el ciclo de replicación del virus.
El medicamento está indicado para uso combinado con otros agentes antirretrovirales o lo que se conoce como cóctel en el tratamiento del VIH/SIDA en adultos y adolescentes de 12 años o más, cuyo peso corporal sea superior a 40 kg.
La droga tiene vida prolongada en sangre (de 12 a 14 horas) y se suministra por vía oral en una única dosis diaria de 50 mg. En los casos de pacientes con resistencia a inhibidores de integrasa, la dosis que se administra es de 50 mg dos veces al día.
El medicamento mantiene su eficacia a pesar de que el virus haya desarrollado mutaciones genéticas con resistencia a otras drogas. Asimismo, no disminuye la efectividad de otros fármacos y no aumenta el colesterol o triglicéridos en pacientes.
Procurar el bienestar del paciente es el foco de todo lo que hacemos en GSK. Este nuevo tratamiento es el resultado de un largo y arduo trabajo de investigación con el único objetivo de avanzar en la respuesta efectiva ante el VIH, explicó el Doctor Aldo Navarro, Director Médico de GSK para América Central y Caribe.
Se estima que en el mundo, unos 15.8 millones de personas reciben tratamiento para el VIH, por lo que los tratamientos en los que el paciente tiene buena adherencia, son más efectivos. No obstante, la omisión de medicamentos permite que el VIH se multiplique, con lo cual aumenta la carga viral y la posibilidad de aparición de virus resistentes al tratamiento.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocido por su acrónimo SIDA, es el conjunto de enfermedades de muy diverso tipo (generalmente, procesos infecciosos o tumorales) que resultan de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La fase más avanzada de la infección por el VIH se conoce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o SIDA y puede tardar entre 2 y 15 años en manifestarse, lapso variable para cada persona.