Son derivadas de elecciones manipuladas realizadas en Nicaragua sin participación de la oposición
El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto este lunes una nueva batería de sanciones contra la Fiscalía y nueve personas vinculadas al Gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a raíz de las elecciones celebradas a principios de noviembre.
El Tesoro estadounidense, que ha calificado de «farsa» el proceso electoral, ha señalado en un comunicado que el objetivo de las sanciones son aquellos que están evitando que los nicaragüenses ejerciten sus libertades fundamentales y sus Derechos Humanos».
En este sentido, la Administración de Joe Biden ha indicado que entre octubre de 2020 y junio de 2021, la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por Ortega, «aprobó seis leyes que facilitan la represión por parte del Gobierno contra la oposición y eliminó sus posibilidades electorales», recoge el texto.
Por ello, ha explicado el Tesoro, varios de los individuos sancionados «son seguidores del régimen y sus políticas antidemocráticas». Además, ha matizado que muchos de ellos se han visto implicados en la «violencia contra manifestantes pacíficos» durante las protestas de 2018 en el país.
«Como ha dicho el presidente Biden, Ortega y la vicepresidenta (Rosario) Murillo han orquestado unas elecciones de pantomima que no fueron justas ni libres ni tampoco democráticas», ha indicado el Gobierno antes de condenar el arresto de unas 40 figuras opositoras desde el pasado mes de mayo –entre ellos siete posibles candidatos a la Presidencia–.
Entre los sancionados se encuentran el ministro de Energía y Minas del país, Salvador Mansell Castrillo, el alcalde de Matagalpa, Sadrach Zeledón Rocha, el de la ciudad de Jinotega, Leónidas Centeno Rivera, el de Esteli, Francisco Ramón Valenzuela Blandon, así como el presidente del Instituto Nicaragüense de Energía, José Antonio Castaneda Méndez, el embajador del país para Argelia, Egipto, Jordania y Qatar –entre otros–, Mohamed Farrara Lashtar.
Con estas sanciones, explica el documento, Estados Unidos «manda el mensaje inequívoco» de que el país está «con el pueblo de Nicaragua en su llamamiento a una reforma para volver a la senda democrática».