Nueva York, la ciudad que nunca duerme, apaga sus luces y reduce su oferta cultural para evitar un mayor contagio debido al nuevo coronavirus: los shows de Broadway fueron anulados por un mes, y la ópera, el museo Metropolitano y una gran sala de conciertos cerraron sus puertas.
El estado de Nueva York prohibió la congregación de más de 500 personas, incluso en teatros de Broadway, anunció el jueves el gobernador Andrew Cuomo, que calificó las medidas de «dramáticas».
Para los eventos de menos de 500 personas, se limitará el público a la mitad de la capacidad total sentada de cada teatro desde este viernes a las 17h00 locales (22h00 GMT), precisó Cuomo en conferencia de prensa.
«Tomamos medidas dramáticas (…) para reducir la cantidad de personas en un ambiente contagioso», anunció el gobernador.
Solo están exceptuadas las escuelas, hospitales, asilos de ancianos e instalaciones de transporte público del estado, precisó.
«Los teatros de Broadway apagarán sus luces desde las 17h00 (22h00 GMT) esta noche, jueves 13 de marzo, y estarán cerrados hasta la semana del 13 de abril», confirmó TodayTix, el portal de billetes del gran barrio teatral neoyorquino, que solo la semana pasada registró ingresos por 26,7 millones de dólares.
Será el mayor cierre del distrito teatral más famoso del mundo desde 2007, cuando una huelga de ayudantes interrumpió los shows durante 19 días.
«Nuestra mayor prioridad ha sido y seguirá siendo la salud y bienestar de los asistentes a los teatros de Broadway y las miles de personas que trabajan en la industria teatral cada día, incluidos actores, músicos, ayudantes, acomodadores y muchos otros dedicados profesionales», dijo Charlotte St. Martin, presidenta de la Broadway League.
«Cuando se vuelvan a encender las luces de nuestros escenarios, daremos la bienvenida a los fanáticos con brazos abiertos», añadió.
Hasta nuevo aviso
Un poco antes, el Museo Metropolitano, el mayor del mundo, que cada año recibe unos siete millones de visitantes, anunció que cerrará todas sus instalaciones desde este viernes hasta nuevo aviso, y realizará una limpieza profunda de los locales.
«La prioridad del Met es proteger y apoyar a nuestro personal, voluntarios y visitantes, y ya hemos estado tomando varias medidas de precaución, con rutinas de limpieza rigurosas y en comunicación con las autoridades», dijo el presidente del museo, Daniel Weiss.
Aunque el Met no tiene casos confirmados del virus, «creemos que debemos hacer todo lo que podamos para garantizar un ambiente seguro y saludable para nuestra comunidad», añadió.
Otros museos como el MoMA o el Whitney continúan abiertos. «Estamos monitoreando cuidadosamente la situación», dijo a la AFP una portavoz del Museo Whitney de Arte Estadounidense.
La Ópera Metropolitana y el Carnegie Hall informaron que estarán cerrados desde este jueves hasta por lo menos el 31 de marzo.
«Las autoridades sanitarias están urgiendo a mantenerse alejados unos de otros con mayor énfasis, y no es posible para nosotros seguir realizando funciones porque eso pone a los artistas, al personal y al público en riesgo», dijo el gerente general de la Met Ópera, Peter Gelb, en un comunicado.
La ciudad de Nueva York anunció el miércoles por primera vez en más de 200 años el aplazamiento de su célebre desfile de San Patricio, que rinde homenaje a los neoyorquinos de origen irlandés y reúne anualmente a unos dos millones de personas.
«Estoy triste, pero comprendo», dijo a la AFP Joe Brady, de 64 años, que debía participar en uno de los cortejos de San Patricio. «Pienso que la situación mejorará antes de lo que pronostican».
«Ya reduje mucho mis salidas», sostuvo Gregory Orr, un cineasta independiente. «Almacené papel higiénico y alimentos, solo en caso de que mi mujer caiga enferma y no podamos salir».
«Pero no es el pánico de los zombies. Nueva York es un muy buen lugar donde estar en caso de emergencia, sabe defenderse», acotó.
Las anulaciones o aplazamientos de eventos culturales y deportivos se multiplican en el mundo debido al avance de la pandemia.
El Louvre, el museo más visitado del mundo, cerró el 1 de marzo porque el personal temía un contagio, pero volvió a reabrir tres días después, aunque limitó el número de visitantes.