El ‘No’ a la independencia se impuso en Nueva Caledonia, territorio francés en el Pacífico, con un 53.26% escrutados todos los votos, indicó este domingo la Alta Comisión que organizó la consulta.
En un primer referéndum, celebrado el 4 de noviembre de 2018, el ‘No’ había ganado con un 56.7%, en tanto que el ‘Sí’ sumó 43.3%.
La participación había sido del 85.85%, seis puntos más que en la consulta anterior, sobre un total de 180,859 habilitados para votar.
Los 304 centros de votación cerraron a las 18H00 (07H00 GMT). Al imponerse el no, está previsto un tercer referendo que podrá realizarse en 2022.
«Los electores mayoritariamente confirmaron su deseo de mantener Nueva Caledonia en Francia. En tanto jefe del Estado, acojo este signo de confianza con un profundo sentimiento de reconocimiento. También acojo estos resultados con humildad», dijo el presidente Emmanuel Macron.
«No estoy satisfecho con la tendencia que tuvimos esta noche, que vuelve a poner de nuevo en relieve la profunda división que hay en la sociedad caledoniana respecto a esta cuestión esencial de la independencia», señaló por su lado el presidente del gobierno local, Thierry Santa (derecha, leal a la metrópoli).
Por su parte, Pascal Sawa, alcalde de Houaïlou y miembro de la Unión Caledoniana (FLNKS), se mostró complacido por la fuerte participación. «Si no es hoy (que gana la independencia), será en el tercer referéndum. Respetamos el resultado de esta noche», afirmó.
‘Proceso de descolonización’
Este archipiélago rico en níquel, situado a 18,000 kilómetros de París, francés desde 1853, representa uno de los últimos bastiones de soberanía europea en la región.
Según el historiador Paul Fizin, la mayor movilización del electorado podía beneficiar a ambos bandos.
En 2018, algunos profranceses, convencidos de que ganarían según lo que indicaban los últimos sondeos, no fueron a votar; y en las islas de la Lealtad, feudo de la comunidad autóctona de los canacos, muchos tampoco acudieron a las urnas tras el llamado a la no participación del Partido Laborista.
Este domingo, en muchos colegios electorales de Numea los electores tuvieron que esperar horas para poder depositar la papeleta en las urnas.
Así era en un centro de votación del barrio popular canaco de Montravel, en el norte de Numea. «Llegué a las 08H30 y son las 11H00, y todavía no hemos entrado, pero por la dignidad del país, esperamos», explicó Chanié, oriundo de Lifou. «Yo voto sí, porque quiero que los que dirijan nuestro país sean nuestros hijos, y no más Francia».
Daniela, que esperaba desde las 07H30, en uno de los centros del barrio multiétnico de Vallée des Colons, afirmó en cambio que iba a votar en contra: «Francia siempre ha estado ahí por nosotros, y seguirá estando, espero», añadió.
Este referéndum, como el primero, se inscribe en un proceso de descolonización iniciado en 1988 tras varios años de violencia entre los canacos, pueblo autóctono, y los caldoches, de origen europeo.
Los enfrentamientos terminaron en una toma de rehenes y un ataque a la gruta de Uvea en mayo de 1988 con un saldo de 25 muertos.