Nobel de la Paz para la ICAN, por ahuyentar el riesgo nuclear

Oslo, Noruega | AFP |

La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ganó este viernes el Nobel de la Paz tras una década de esfuerzos para prohibir la bomba atómica, en un contexto de tensión con Corea del Norte e Irán.

Setenta y dos años después de las bombas atómicas estadounidenses sobre Hiroshima y Nagasaki, el Comité del Nobel quiso resaltar los incansables esfuerzos de la ICAN para librar al mundo de las armas nucleares. Con ello, mandó también un mensaje a las potencias nucleares para que inicien «negociaciones serias» destinadas a eliminar su arsenal.

«Vivimos en un mundo donde el riesgo de que se utilicen las armas nucleares es más alto de lo que nunca fue» declaró la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen.

La presencia de la ICAN en los foros internacionales más importantes ha sido vital en decisiones de la ONU en los momentos de tensión nuclear en el Planeta. El premio Nobel es un reconocimiento a su labora y la fortalece a la vez.

«Algunos países modernizan sus arsenales nucleares, y es real el riesgo de que cada vez más países se procuran armas nucleares, como Corea del Norte» añadió.

Su combate incansable para prohibir y eliminar las armas nucleares le ha valido a la ICAN el Premio Nobel de la Paz, justo cuando este armamento constituye una amenaza nunca vista en décadas.

Hace ya diez años que la Campaña internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) da la voz de alarma para pedir «la eliminación» de estas armas de destrucción masiva.

Se trata de una coalición internacional que reúne en un centenar de países a cientos de organizaciones humanitarias, ecologistas, de protección de los derechos humanos, pacifistas y por el desarrollo.

Su lucha encarnizada desembocó en julio en una victoria en la ONU, cuando medio centenar de países lanzaron la firma de un tratado de prohibición de las armas atómicas.

Tras los premios científicos y de literatura, se esperaba que el Nobel recompensara este año los esfuerzos para eliminar las armas nucleares o impedir su proliferación. El número de candidatos al Nobel de la Paz fue de 318 en esta edición.

La ICAN sucede en el palmarés al presidente Juan Manuel Santos, premiado en 2016 por sus esfuerzos para poner fin a más de medio sigo de conflicto en Colombia.

– ‘No más Hiroshimas’ –

La ICAN , que agrupa a centenares de oenegés, milita incansablemente desde hace casi 10 años por la supresión del armamento nuclear.

Impulsó un histórico tratado de prohibición de las armas nucleares que fue adoptado por 122 países en julio, aunque su alcance es sobre todo simbólico, dada la ausencia de las nueve potencias nucleares entre los firmantes.

Este Nobel se otorga en momentos en que el presidente estadounidense Donald Trump debe certificar ante el Congreso antes del 15 de octubre que Irán respeta los compromisos del histórico acuerdo de 2015. Este acuerdo impone estrictas restricciones al programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones.

Según el Washington Post, Trump habría decidido no certificarlo, lo que allanaría el camino para la imposición de nuevas sanciones a Teherán.

«Este premio no va contra nadie» subrayó Reiss-Andersen, al preguntársele si este Nobel estaba dirigido contra Trump.

Los diplomáticos se preocupan por las repercusiones negativas de esta posición de Washington en el caso nuclear iraní, en momentos en que la comunidad internacional espera que Corea del Norte retorne a la mesa de negociaciones y renuncie a sus propias ambiciones nucleares.

Pero Trump, que amenazó a Corea del Norte con una «destrucción total», calificó el domingo las negociaciones de «pérdida de tiempo».

– Gandhi y Martin Luther King –

Fundada en 2007 en Viena, durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, la ICAN tiene su sede en Ginebra, en las instalaciones del Consejo Ecuménico de las Iglesias, otra organización internacional.

Cuenta con 424 organizaciones no gubernamentales asociadas en 95 países y el apoyo de numerosas personalidades, entre ellas dos Premios Nobel de la Paz, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu (1984) y la estadounidense Jody Williams, quien lo recibió en 1997 por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona.

La ICAN también goza de la simpatía de numerosos artistas, como Yoko Ono o el actor estadounidense Martin Sheen, quien no duda en afirmar que «si Gandhi y Martin Luther King estuvieran vivos, apoyarían la ICAN».

Aunque la cantidad de ojivas se ha reducido en 30 años -pasó de 64.000 en 1986 a poco más de 9.000 en 2017, según el Bulletin of the Atomic Scientists (BAS)-, el número de países detentores aumentó.

Hoy son nueve los que poseen tales armas de destrucción masiva: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel.

El Comité Nobel ya había premiado los esfuerzos de desarme nuclear al galardonar al disidente soviético Andrei Sajarov en 1975, la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear en 1985, Joseph Rotblat y el movimiento Pugwash -cuyas conferencias debaten el desarme nuclear- en 1995, así como la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y su entonces director Mohamed El Baradei en 2005.

La ICAN recibirá el premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares, 945.000 euros) durante una ceremonia en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte en 1896 del creador de los premios, el filántropo sueco e inventor de la dinamita, Alfred Nobel.

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