Niños separados, padres inhallables: Trump arroja más leña al debate migratorio

¿Dónde están los padres de 545 niños inmigrantes separados de sus familias en la frontera de Estados Unidos hace tres años?

El drama de estos niños que aún no han vuelto a reencontrarse con sus padres se instaló como uno de los temas en la recta final de la campaña electoral, tras un tenso intercambio cara a cara entre el presidente republicano Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden.

Con la mira en su base electoral, Trump defendió el jueves en el último debate frente a Biden la política que procesó penalmente a miles de inmigrantes que cruzaron ilegalmente la frontera y separó a más de 5.000 niños de sus padres entre 2017 y 2018.

El gobierno nunca implementó un sistema para volver a reunir las familias, la mayoría llegadas de México y Centroamérica para escapar de la pobreza y la violencia.

Cuando la justicia le ordenó hacerlo en junio de 2018, la tarea recayó en oenegés y activistas que defienden inmigrantes o abogados voluntarios, que aún recorren pueblitos de Honduras o El Salvador en moto tratando de hallar a los padres separados de sus hijos, ponen avisos radiales y entrevistan a líderes comunitarios, no siempre con éxito.

La tarea es compleja, muchas veces peligrosa y costosa. El gobierno estadounidense no aporta un dólar.

«Los niños fueron traídos aquí por coyotes y mucha gente mala, carteles, los trajeron y los usaron para entrar a nuestro país», dijo Trump en el debate, mientras Biden tachó la política de «criminal».

«Ahora tenemos las fronteras más seguras que nunca hemos tenido», sostuvo Trump. Aunque también dijo que su gobierno intenta hallar a los padres, precisó que estos niños «están bien cuidados» y en «instalaciones limpias».

«La Historia juzgará»

Una demanda presentada el martes por la American Civil Liberties Union (ACLU), una influyente organización de derechos civiles, aseguró que los padres de 545 niños separados en 2017 (unos 60 de ellos menores de cinco años), cuando la «tolerancia cero» comenzó con un programa piloto, aún no han podido ser localizados.

La ACLU cree que cerca de dos tercios de los más de mil padres separados de sus hijos fueron deportados.

Lee Gelernt, el abogado de la ACLU a cargo de la demanda, señaló tras el debate que la separación de los niños de sus padres «es lo peor» que ha visto en tres décadas de lucha por los derechos humanos. «La Historia juzgará», escribió en su cuenta de Twitter.

«Este es el único gobierno estadounidense, republicano o demócrata, que ha implementado una práctica sistemática de separar niños», dijo Gelernt a la AFP, y recordó que al menos 200 de los niños separados tenían menos de cinco años y algunos solo seis meses.

Precisó que los niños que aún no fueron reunificados con sus padres están en hogares temporarios en Estados Unidos o con familiares, algunos muy distantes, o amigos de la familia.

Si el gobierno estadounidense no permite a los padres unirse a sus hijos consideró que es posible que éstos deban tomar «la agonizante decisión de dejar a su hijo en Estados Unidos para que no sea reclutado por una pandilla o asesinado si retorna a Centroamérica».

Krish O’Mara Vignarajah, presidenta del Servicio de Inmigración y Refugiados Luterano (LIRS, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones que trabaja para hallar a los padres, dijo a la AFP que quedó «en shock» tras escuchar a Trump.

«Si el presidente cree que frazadas de Mylar, pisos de cemento, cuartos sin ventanas y vallas enrejadas son el estándar de los servicios a la infancia, está profundamente equivocado», sostuvo.

«Una pesadilla de tres años»

Esas condiciones fueron «solo el comienzo de una pesadilla de tres años que no ha finalizado y que quizás los traumatice por el resto de sus vidas. Se irán a la cama esta noche, como lo han hecho durante casi mil noches, sin saber dónde están sus padres», añadió tras recordar grabaciones e imágenes de niños llorando en la frontera tras ser separados.

El gobierno no registró datos de todos los padres separados de sus hijos. Muchos fueron deportados a zonas rurales, algunos no hablan español sino lenguas indígenas y no tienen acceso a internet.

Más que una mala comunicación entre agencias gubernamentales lo que existió fue «una negligencia increíble», dijo a la AFP George Hoffman, director de la Clínica de Inmigración de la Universidad de Houston en Texas.

«Lo que ha hecho el gobierno Trump es implementar estas políticas que tienen como objetivo energizar a su base pero que no tienen autoridad legal», añadió.

«¿Quién construyó las jaulas, Joe?», preguntó una y otra vez Trump en el debate, en referencia a fotos de 2014 que mostraban a inmigrantes detenidos tras las rejas.

El expresidente Barack Obama, del cual Biden fue vicepresidente, fue llamado «deportador en jefe» debido a los 3,2 millones de inmigrantes que expulsó del país entre 2009 y 2016.

Trump preguntó a Biden por qué durante ocho años en la Casa Blanca no legalizaron a los inmigrantes, como promete ahora, y su rival le respondió que fue «un error».

Biden dijo que si es electo, pedirá al Congreso legalizar a los 11 millones de indocumentados en el país.

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