El impacto de Neymar, sin comparación entre las estrellas que le precedieron en el París Saint-Germain, es la pieza maestra de las ambiciones del club. Pero su altercado con Edinson Cavani amenaza con dañar su estatus en el vestuario. El miércoles compartirán ataque ante el Bayern Múnich.
¿Quién es más conocido en el planeta, Neymar o el París Saint-Germain? Según las redes sociales la respuesta no ofrece dudas: ‘Ney’ tiene 176 millones de seguidores (en Facebook, Twitter e Instagram), mientras que el club de la capital suma 48 millones entre todas sus cuentas.
A título comparativo su predecesor como estrella absoluta del conjunto, el sueco Zlatan Ibrahimovic, cuenta con 59 millones de ‘followers’.
En el plano deportivo, el impacto del brasileño es incuestionable, con cuatro goles y cuatro asistencias en cinco partidos, así como en el comercial, con 120.000 camisetas vendidas con su nombre en el primer mes, según las cuentas del club.
Su traspaso, el más alto de la historia, 222 millones para que dejara el Barcelona, «posiciona al PSG a un nivel al que nunca había estado», señala Frank Pons, profesor de marketing deportivo en la Universidad Laval (Canadá).
En su opinión, el PSG se beneficiará de la llegada del crack de 25 años en el «desarrollo de su marca», especialmente a la hora de renegociar sus contratos con los diferentes patrocinadores.
– Privilegios sobre sus compañeros –
Un jugador excepcional con un estatus excepcional: Neymar abandonó a Lionel Messi y aceptó la propuesta parisina para ser el rey, como título el diario L’Equipe el día de su llegada. Y el PSG le ofrece un tratamiento de monarca.
En su presentación oficial, el presidente del club Nasser Al-Khelaifi le presentó como «el mejor jugador del mundo», algo que no había dicho con Zlatan Ibrahimovic o el resto de fichajes espectaculares de los últimos años.
‘Ney’ también recibe un salario incomparable con el de sus compañeros. Con 37 millones de euros por año, según las revelaciones del semanario alemán Der Spiegel, casi multiplica por tres el sueldo de su capitán Thiago Silva, que recibe 13 millones brutos anuales.
El brasileño cuenta con su fisioterapeuta personal, Rafael Martini, y su preparador físico, Riccardo Rosse, que tienen acceso al Camp des Loges, el centro de entrenamiento del PSG.
En el campo también ha decidido imponer su ley. Nada más aterrizar quería convertirse en el primer tirador de penales, en detrimento de Edinson Cavani, en el club desde 2013. Su argumento, que el PSG debe ayudarle a conquistar el Balón de Oro, un trofeo individual en el que las estadísticas tienen mucho peso.
Pero el uruguayo no estaba de acuerdo y la diferencia de opiniones explotó hace poco más de una semana ante el Lyon, cuando discutieron en el centro del escenario por tirar faltas y penales. Luego habrían estado cerca presuntamente de llegar a las manos en el vestuario, según diversas fuente.
– La hora de la verdad –
El diario español El País dedicó el lunes un largo artículo describiendo las tensiones en el vestuario parisino.
Según la prensa francesa, Neymar pidió disculpas a Cavani y al resto de compañeros. Varios jugadores publicaron en las redes sociales vídeos del brasileño bromeando con Presnel Kimpembe o Marquinhos en la fiesta de cumpleaños de Thiago Silva.
En una entrevista con L’Equipe hace unos meses el antiguo director deportivo del PSG Olivier Létang explicó que le faltaban dos cosas al club para situarse entre los mejores de Europa: «Una victoria en Champions, obviamente, y una institución más fuerte que los hombres».
Para la primera la llave maestra es Neymar y el miércoles en el Parque de los Príncipes ante el Bayern Múnich tiene una buena oportunidad de demostrarlo.
Para la segunda, habrá que ver cómo gestiona el club contar en su plantilla con un tótem del tamaño del brasileño.