La presencia de Netflix en Cannes ha desatado una fuerte polémica en los círculos del séptimo arte, al oponer a los defensores de las salas oscuras con los aficionados de los nuevos formatos.
– ¿El origen de la polémica? –
Gigante estadounidense de video en línea por suscripción, Netflix compra los derechos de difusión de programas (series, películas, documentales) y desde hace unos años desarrolla contenidos propios, como la serie «The Crown» o el filme «Okja», lo que le asimila a un estudio. Este año tiene en preparación unos 50 proyectos.
Estas producciones tienen como objetivo ser difundidas en la plataforma, que cuenta con 100 millones de abonados, lo que no supone un problema para las series pero sí para las películas y las salas de cine. Esta problemática está presente a ambos lados del Atlántico.
A raíz de las protestas suscitadas en el caso de que una película fuera premiada con la Palma de Oro y solo fuera visible en Netflix, es decir, en una pequeña pantalla, los organizadores del Festival modificaron el reglamento e impusieron que a partir de 2018 todas las cintas en competición tenían que comprometerse a estrenarse en los cines franceses.
– ¿Una cuestión de generación? –
«Mientras siga vivo defenderé (…) la capacidad de hipnosis que tiene una gran pantalla frente al espectador», declaró el día de la apertura del certamen, Pedro Almodóvar, de 67 años, presidente del jurado.
Una visión que puede ser considerada por algunos demasiado radical. Para el productor francés Vincent Maraval (48 años), «no tenemos que imponer nuestro método para visionar filmes a otra generación», que suele mirar programas en su tableta o en el smartphone. Netflix no publica ninguna estadística sobre sus abonados por lo que es difícil conocer su perfil.
Miembro del jurado, el actor estadounidense Will Smith (48 años) estima que los distintos formatos de pantallas no son incompatibles, recordando que sus hijos de 16, 18 y 24 años «van al cine dos veces por semana y también miran películas en Netflix. Se puede pasar de una a otra (…) Netflix es útil para conectarse al mundo».
– ¿Por qué Netflix y Cannes no llegaron a un acuerdo? –
La situación es más complicada en Francia porque se tiene que respetar una normativa cronológica de los medios, que impone un plazo de tres años entre el estreno en cine y la difusión en la plataforma. Si Netflix hubiera aceptado una salida en salas en Francia, sus suscriptores franceses habrían tenido que esperar hasta 2020 para ver «Okja». El grupo rechazó esta propuesta.
Esta reglamentación sirve para proteger a los dueños de las salas de cine y permite financiar los filmes dando a cada uno de los actores una secuencia de exclusividad. Esto también refuerza el papel que quiere tener Francia como apoyo a los cineastas del mundo, participando en numerosas coproducciones.
Esta normativa sin embargo no ha sido revisada desde 2009, mucho antes de la llegada de Netflix en Francia.
– ¿Y Amazon, el rival de Netflix? –
La Croisette se queja de Netflix, pero no dice nada de su rival Amazon, presente en Cannes con la película «Wonderstruck», también en liza por la Palma de Oro. Ha habido un tratamiento distinto para cada grupo, según sus estrategias: mientras que Netflix, dedicado al video en línea, quiere proponer películas que salgan al mismo tiempo en las salas y en su plataforma, Amazon, gigante del comercio en línea, propone primero un estreno en los cines y después la difusión en línea.
Esto no impide que las dos empresas ganen recompensas. Netflix se alzó con el gran premio en Sundance en 2017 («I don’t Feel at Home in This World Anymore», con Elijah Wood) y con un Óscar por «Los Cascos Blancos», en la categoría de mejor cortometraje documental.
Amazon por su parte se llevó este año tres estatuillas, dos por el drama «Manchester by the Sea» y una por «El viajante», como mejor película de habla no inglesa.
may/fmi/lch/es/pa
© Agence France-Presse