El opositor ruso Alexei Navalni publicó este lunes una grabación en la que se hace pasar por un alto mando del Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) y consigue así que uno de los agentes de esta organización reconozca su implicación en el envenenamiento del propio Navalni. El portal de periodismo de investigación Bellingcat publicó la noticia.
Navalni utilizó un teléfono falso para hacerse pasar por Nikolai Patrushev, miembro del Consejo Nacional de Seguridad de Rusia, y ponerse en contacto con Konstanti Kudriavtsev, un agente del FSB experto en armas químicas al que interrogó durante casi una hora sobre el intento de asesinato contra Navalni perpetrado en agosto.
La grabación de la conversación, desarrollada el pasado 14 de diciembre, publicada en YouTube, demostraría la implicación de Kudriavtsev en el intento de homicidio.
De hecho, Kudriavtsev asegura que la dosis de veneno hubiera sido letal, de no ser por la rapidez del piloto en aterrizar en Omsk y la intervención de los sanitarios.
Kudriavtsev señala además a otro individuo implicado en el complot, Vasili Kalashnikov, un experto en la detección de metabolitos de agentes nerviosos en muestras biológicas.
Investigación
- Precisamente el pasado 14 de diciembre el propio portal Bellingcat publicó en colaboración con The Insider, la revista alemana ‘Der Spiegel’ y la cadena estadounidense CNN
- que una unidad clandestina especializada en sustancias tóxicas del FSB estuvo directamente implicada en el envenenamiento de Navalni con un agente nervioso de la familia Novichok en agosto de 2020.
Las indagaciones concluyen que Navalni ha estado sometido a vigilancia y seguimiento por parte de esta unidad clandestina desde poco después de que en 2017 anunciara su intención de presentarse como candidato a las próximas elecciones presidenciales.
Además, el portal especializado señaló que sus indagaciones ponen al descubierto «telecomunicaciones y datos de viajes que sugieren encarecidamente que el intento de envenenar a Navalni, ordenado en los más altos niveles del Kremlin».