Robin DiMaggio, un baterista profesional que sirvió como director musical de la ONU y trabajó con grandes estrellas de la música, se declaró culpable el miércoles de malversar 750 millones de dólares de una organización benéfica para niños sin techo.
Según la acusación, DiMaggio, de 48 años, mintió a la ONG búlgara «Peace for You Peace for Me Foundation» al asegurarles que organizaría un concierto benéfico en la capital Sofía para ayudar a recaudar fondos para niños sin hogar y desplazados por la guerra.
El principal patrocinador de la fundación transfirió ese dinero en 2016 a una cuenta controlada por DiMaggio, quien en lugar de usar el dinero para contratar a los artistas del evento, lo usó para comprar una casa a su exesposa en California, pagar los autos de su madre e hijo y saldar la deuda de su tarjeta de crédito.
Cuando la ONG sospechó y exigió la devolución de los fondos, DiMaggio afirmó que tendrían que esperar a que los artistas que había contratado los devolvieran.
Fue allí cuando lo demandaron y subsiguientemente se declaró en bancarrota.
DiMaggio, que tocó con artistas de la talla de Paul Simon, David Bowie, Diana Ross y otros durante las últimas tres décadas, encara una condena de hasta 20 años de prisión en marzo del próximo año.
Fue baterista y director musical del programa de televisión nocturno del comediante Arsenio Hall en 2013 y se desempeñó como director musical de varios eventos en Naciones Unidas.