Magnate presiona para que no lo hagan en México.
Más multinacionales se sometieron este martes a la demanda del presidente electo Donald Trump de invertir en Estados Unidos y generar miles de empleos.
A tres días del ingreso de Trump a la Casa Blanca, el gigante estadounidense del automóvil, General Motors (GM), y la cadena de supermercados Walmart, anunciaron multimillonarias inversiones en Estados Unidos que darán empleo a miles de trabajadores.
En proceso de fusión, Bayer y Monsanto dijeron que invertirán 8.000 millones de dólares en Estados Unidos y crearán allí millares de puestos de trabajo de alta tecnología y bien remunerados.
Trump, quien ganó las elecciones con la promesa de beneficiar a la mano de obra estadounidense, no demoró en darse crédito por las decisiones de las compañías.
«Gracias General Motors y Walmart por empezar a devolver grandes empleos a EEUU», señaló Trump en su cuenta de Twiter.
En otros tuits afirmó: «Con todos estos puestos de trabajo que estoy devolviendo a EEUU (aún antes de asumir), con todas estas nuevas fábricas de autos que retornan a nuestro país y con las masivas reducciones de costos que he negociado en las compras militares y más, creo que la gente está viendo ‘grandes cosas'».
GM, que hasta la semana pasada pensaba que su peso en la economía la salvaría de las presiones de Trump de invertir en Estados Unidos, anunció este martes que destinará 1.500 millones de dólares más para inversiones dentro del país. La decisión la anunciaron el presidente de GM, Dan Ammann y la directora general Mary Barra (en la fotografía).
Las inversiones en nuevos vehículos y tecnologías avanzadas están vinculadas a 1.500 empleos nuevos y 450 que serán desplazados desde plantas de México a fábricas de Estados Unidos. Esos y otros pasos permitirán generar unos 5.000 empleos en pocos años, según GM.
Estas inversiones están vinculadas a la producción de modelos de automóviles que ya estaba aprobada antes de que Trump ganara las elecciones de noviembre, dijo a la AFP una fuente vinculada al tema y que pidió el anonimato.
– BMW advertida –
«Es un buen golpe de marketing», dijo Maryann Keller, analista del gabinete MK&A. «Anunciaron inversiones ya conocidas y que debían ser oficializadas en cualquier momento», dijo.
«Estados Unidos es nuestro mercado nacional y estamos determinados a contribuir a un crecimiento beneficioso para nuestros empleados, concesiones y proveedores», dijo la presidenta de GM, Mary Barra. Estados Unidos es el segundo mercado de la empresa detrás del de China.
En tanto, la red de supermercados Walmart, el mayor empleador privado de Estados Unidos, anunció que creará 10.000 trabajos suplementarios y que invertirá 6.800 millones de dólares en la apertura de nuevos locales y servicios de venta en línea.
Convencido de que su proteccionismo devolverá a los estadounidenses empleos arrasados por la globalización, Trump puso en su mira a la industria local del automóvil, que sufre por los vehículos fabricados con mano de obra más barata en México y que son vendidos en Estados Unidos.
Trump ha prometido renegociar, o directamente renunciar, al TLCAN, el tratado de libre comercio de su país con Canadá y México. Aseguró además que está dispuesto a gravar hasta en 35% las importaciones mexicanas, lo cual supondría un severo golpe para la industria del automóvil.
Gracias al TLCAN y sus precios de producción bajos, México se convirtió en una poderosa base de fabricación de autos para los mercados de Estados Unidos y Canadá.
GM, Ford y Fiat Chrysler, los tres gigantes estadounidenses del automóvil, abrieron numerosas plantas en México desde los años 2000 para poder hacer frente a la competencia de la producción asiática, también más barata que la estadounidense.
Entre 1999 y 2013, las inversiones extranjeras directas en México superaron los 30.000 millones de dólares, según el lobby Pro México. Y en el primer trimestre de 2015, Estados Unidos se convirtió en el primer destino de los autos exportados por México (70%), según la asociación especializada mexicana AMIA.
Las presiones de Trump de fabricar en Estados Unidos so pena de pagar altos aranceles llegaron a fabricantes no estadounidenses. Primero fue la japonesa Toyota, y el lunes la alemana BMW que está construyendo su primera fábrica en México y prevé comenzar a producir dentro de dos años.
«Le diría a BMW que si quiere construir una planta en México para vender autos en Estados Unidos sin pagar una tasa de 35%, será mejor que lo olvide», advirtió Trump.
por Luc OLINGA
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