La mujer trans, Bianka Rodríguez, recibió este miércoles un premio de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) por su férrea lucha en favor de los derechos de la comunidad LGBTI en El Salvador.
Rodríguez, de 26 años, fue galardonada con el Premio Nansen 2019 para los Refugiados del ACNUR en una ceremonia celebrada en San Salvador.
«Este premio lo recibo por aquellas personas de la comunidad LGBTI que se han visto forzadas a desplazarse internamente por la violencia y discriminación que sufren a causa de su orientación sexual o identidad de género y que han sufrido rechazo y marginación», dijo Rodríguez a la AFP.
Rodríguez, presidenta de la asociación salvadoreña Concavis Trans, explicó que recibir el premio significa asumir un «un mayor compromiso de lucha» por los derechos de la comunidad LGBTI.
Durante la ceremonia, la embajadora de Noruega para El Salvador, Rut Krüger Giverin, describió a Rodríguez como «una promotora de derechos humanos feroz y sobresaliente».
«Es un ejemplo de valentía, por su lucha en la defensa y protección de los derechos humanos y que estos se apliquen para todos, independientemente de su orientación sexual», remarcó la embajadora.
Junto a Suiza, el gobierno noruego es parte de quienes financian el programa del Premio Nansen.
Una lucha diaria
Rodríguez, quien desde hace ocho años se dedica a la defensa de los derechos de la comunidad LGBTI, aseguró que si bien en la actualidad existe en el país una «mayor visibilización» de esa comunidad, también existe una «falta de garantía en sus derechos civiles, económicos, sociales y culturales».
«Estamos en una situación de vulnerabilidad», consideró la presidenta de Concavis Trans, quien en octubre de 2016 sufrió un terrible episodio.
Rodríguez fue secuestrada en la capital salvadoreña por un hombre armado que la subió a la fuerza a su auto. Tras recorrer varios sitios la liberó, no sin antes amenazarla de muerte por ser una mujer transgénero.
Pero la activista vivió agresiones por su identidad de género desde que tenía 15 años, cuando su madre, a la que no identificó, comenzó a golpearla.
«Me vi forzada a huir de mi casa e irme a otro lugar, luego sufrí explotación laboral, sufrí discriminación sistemática durante tres años», sostuvo Rodríguez.
Lo que falta
Rodríguez señaló que la violencia en contra de la comunidad LGBTI en El Salvador no cesa. Solo en 2018 sucedieron 14 asesinatos en contra de esa comunidad, en donde el mayor número de víctimas fueron mujeres trans.
Para 2019, las cifras de Concavis Trans indican que se han registrado cinco asesinatos «basados en la orientación sexual o la identidad de género» y, de nuevo, la mayoría de esas víctimas eran mujeres trans.
«Hemos pedido que se investigue esos crímenes, es una deuda, así como también consideramos como aspectos pendientes que se nos garantice el derecho a la identidad, el derecho a un trabajo digno, no ser sometidos a tratos crueles, deshumanos y degradantes», sostuvo Rodríguez.
En agosto pasado una decena de organizaciones defensoras de la diversidad sexual de nueve países latinoamericanos presentaron un informe sobre cifras de homicidios de personas LGBTI entre 2014 y 2019.
Según el informe, 1,292 personas de esa comunidad fueron asesinadas en ese período en los países participantes del estudio.
De esos, 542 se registraron en Colombia, 402 en México, 164 en Honduras, 57 en Perú, 53 en El Salvador, 28 en República Dominicana, 26 en Guatemala, 12 en Paraguay y ocho en Bolivia.