Un cabecilla del cártel de Los Zetas condenado por la decapitación de 12 personas murió en una cárcel de México por COVID-19, informaron este lunes fuentes oficiales
Moisés Escamilla May, alias el Gordo May, de 45 años y señalado de liderar una célula de la organización narcotraficante, falleció el pasado viernes en el penal federal Puente Grande, del estado de Jalisco (oeste).
Escamilla purgaba una pena de 37 años por delincuencia organizada y porte de armas de fuego de uso exclusivo del ejército. Entre los delitos por los cuales fue sentenciado figura la decapitación de 12 personas en el estado de Yucatán (sureste) en 2008.
«No padecía ninguna enfermedad y comenzó con síntomas respiratorios el 6 de mayo», y al día siguiente fue hospitalizado en el Servicio Médico del Centro de Readaptación, donde falleció», indicó la secretaría de Salud en un comunicado el fin de semana, sin identificar al reo.
Una fuente de la Fiscalía de Jalisco confirmó este lunes a la AFP la identidad del fallecido, pero aseguró desconocer detalles del caso.
El Gordo May fue arrestado por policías federales junto con ocho de sus presuntos cómplices el 23 de septiembre de 2008 en el balneario de Cancún (sureste), su base de operaciones.
Varias organizaciones civiles han alertado al gobierno sobre los riesgos que corren los presos frente a la propagación del nuevo coronavirus en México, donde 35.022 personas se han contagiado y 3.465 han fallecido.
En abril, el Senado de México aprobó una Ley de Amnistía para quienes hayan cometido delitos no graves por primera vez, lo que permitirá liberar a detenidos para evitar contagios.