Simon Coencas, el último sobreviviente de los descubridores de la gruta de Lascaux, que contiene pinturas rupestres de 18 mil años de antigüedad, falleció el domingo en París a los 93 años, indicaron sus allegados.
El hallazgo el 12 de septiembre de 1940 de la llamada «Capilla Sixtina de la Prehistoria», en la colina de Lascaux, cerca del poblado de Montinag en la región de Dordoña, fue fruto del azar.
En aquel fin de verano y en una Francia conmocionada las semanas antes frente a las tropas nazis, Coencas, en la época de 13 años, ingresó a la gruta junto con Marcel Ravidat, Georges Agniel y Jacques Marsal, que tenían entre 15 y 18.
En el origen del descubrimiento estaba el perro de Marcel Ravidat, que se detuvo frente a un agujero profundo en la colina de Lascaux. Ravidat volvió a explorarlo cuatro días después junto con los otros tres jóvenes.
El «agujero» debía revelar una cueva adornada con pinturas hechas hace unos 18.000 años y clasificadas desde 1979 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, una obra maestra.
«Con mi pequeña pandilla, estábamos buscando el subsuelo del antiguo castillo vecino. Esperábamos encontrar un tesoro. Encontramos uno pero no el que pensamos», había relatado Simon Coencas a fines de 2016 en una entrevista con AFP.
Iluminados por una lámpara portátil progresaron poco a poco «y en un momento nos encontramos con la sala de toros», dijo entonces.
«Una maravilla. Tan grande, tan impresionante (…) Tuvimos pánico. Nos dijimos a nosotros mismos +¡no es posible descubrir tal cosa!+».
Los cuatro primero decidieron guardar el secreto, «pero finalmente todos hablamos». El maestro local, aficionado a la arqueología, inicialmente se mostró escéptico, pero al ver el interior de la cueva, «se cayó de nuca».
Alertada la comunidad arqueológica, nueve días después visitó la gruta el sacerdote católico Henri Breuil, reconocido especialista en la Francia de la época.
La gruta de Lascaux, amenazada por la proliferación de hongos, algas verdes y por la cantidad de visitantes, debió ser cerrada al público en 1963.
Coencas volvió a la zona en 2016 para, junto con el entonces presidente socialista François Hollande, asistir a la inauguración de Lascaux 4, una réplica integral de la gruta y que en 2019 superó el millón de visitantes desde su apertura.
Una primera réplica, Lascaux 2, que contenía la reproducción del 80 por ciento de los frescos, recibió 200 mil visitantes por año desde su apertura en 1983.
También existe Lascaux 3, que es una muestra itinerante –actualmente se encuentra en Nápoles– y ha recibido 2 millones de visitantes en los distintos sitios donde fue instalada.
Tres de los descubridores de Lascaux –Ravidat, fallecido en 1995, Agniel en 2012 y Coencas– fueron condecorados con la Orden Nacional del Mérito en 1991. Para el cuarto descubridor, Marsal, el reconocimiento llegó demasiado tarde. Había muerto dos años antes.
Simon Coencas, cuyos padres eran judíos de origen griego, abandonó Montignac poco después del descubrimiento. Sus padres murieron deportados por los nazis y él estuvo internado en un campo en Drancy, en territorio francés.
Después de la guerra se casó, tuvo tres hijos y se convirtió en vendedor de chatarra.