En estos momentos se perfilan situaciones, tanto a nivel interno como internacional, que causan inquietud en muchos ciudadanos y parálisis en la dinámica económica, ante la percepción de cambios en el poder político que provocan desconfianza y temor.
Internamente, como ya tanto se ha comentado, es evidente el desasosiego que provoca la información de las últimas semanas, relacionadas tanto con el Presidente como con el Vicepresidente y miembros de sus familias sobre posibles hechos poco claros que podrían implicar la judicialización de los hechos.
Por supuesto a lo anterior se suma el descontento ante la falta de ejecución de un presupuesto sobredimensionado, que no se prioriza ni se ejecuta con la debida prontitud, y que conduce a un mayor endeudamiento, ya que para colmo de males, es invertido principalmente en el pago de salarios a los miles de supuestos “servidores públicos”, el nepotismo clásico en donde se designan y contratan familiares de los funcionarios de mas alto rango en los tres organismos del Estado y quién sabe cuántas plazas fantasmas que continúan engrosando el bolsillo de los poderosos.
Paralelamente, también se han multiplicado nuevas entidades que se vienen justificando con cada gobierno, que duplican instituciones ya establecidas y por lo tanto innecesarias. Son Secretarías, Viceministerios , Comisiones, Directorios y… las que se suman en cada gobierno, para abrir nuevos espacios para colocar a familiares y amigos, así como afiliados del partido político que está en la cima o que hacen alianzas con este.
El hecho es que el ciudadano ve escasos resultados de la gestión del actual gobierno al sufrir el desgaste y el daño que golpea su desempeño ante el acoso permanente de invasores de propiedad privada legítimamente adquirida y las pandillas de extorsionistas, sicarios y mafias, que unidos al deterioro de los bienes y servicios públicos como hospitales, escuelas, carreteras, e infraestructura en general, restringen el ejercicio de la libertad y la productividad, lo que se justifica ante una supuesta falta de recursos que nadie entiende el por qué ni el cómo, de su destino.
Entre todo es claro el daño que provoca la falta de inversión en el mantenimiento y la reparación de caminos, puentes, inmuebles, tecnología, etc., bienes que son indispensables para evitar el deterioro progresivo y facilitar un desarrollo sostenible alimentado con el esfuerzo de todo ciudadano en su diario vivir.
Paralelamente vemos los acontecimientos que se perfilan como amenaza ante la próxima elección presidencial en Estados Unidos. Todos reconocen que esta elección ha sido excepcional ante el amplio rechazo al sistema (“establishment”), particularmente en la generación de los “millennials”, que se inclinaron marcadamente por el señor Bernie Sanders y que ven con buenos ojos a cualquier retador del establishment, sin profundizar en los mensajes superfluos y violentos, las consecuencias que podrían acarrear para su propio país.
Sorprende que un alto porcentaje de ciudadanos de una nación con altos niveles de educación formal, alaben y admiren a un candidato como Donald Trump; un guerrero impulsivo en su afán destructivo y prepotente, quien formula señalamientos falsos y ofensivos hacia todas las personas que le estorban, a quienes acusa, insulta y ofende de manera constante. Un peligro para su nación y para el mundo entero.
Pero también provoca angustia pensar que este señor pueda alcanzar una mayoría de votos, aunque como bien describe el Embajador Francisco Villagrán de León,* las preferencias al 30 de septiembre, en el Colegio Electoral, favorecen de momento a la señora Clinton por 96 votos, aunque el conteo final determinara al ganador al completarse los resultados electorales.
Finalmente, aludo también al sorpresivo no del pueblo colombiano, al Acuerdo de Paz, firmado por el presidente Juan Manuel Santos con las FARC, y las sensatas declaraciones de los opositores, quienes al expresar su rechazo al acuerdo, han manifestado que sí desean la paz para Colombia. Han declarado su inconformidad con la exclusión de la que fueron objeto en la negociación, como sucedió con el partido Centro Democrático, así como los excesos en contenido que favorecen la impunidad de las FARC, contraviniendo la Constitución al eximirlos de responsabilidades ineludibles. Por su parte el expresidente, hoy Senador Álvaro Uribe, manifestó su posición en cuanto a unir a los colombianos en busca de un pacto nacional que realmente facilite la convivencia pacífica en Colombia.
Resumo momentos difíciles que se perciben, ante el retroceso al avance democrático que se había consolidado a finales del siglo XX mientras hoy nuevamente resurgen las simpatías por dictadores que reprimen el ejercicio de los derechos ciudadanos, quienes logran su triunfo con el voto popular para venderse como demócratas, pero luego se convierten en capataces de la nación que presiden.
- “El Sistema Electoral de Estados Unidos; porque Hillary lleva tanta ventaja.” El Periódico, 2/10/16
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