Miles de personas se manifestaron el sábado en Reino Unido para denunciar la decisión del primer ministro Boris Johnson de suspender las labores del parlamento en las semanas previas al Brexit, maniobra denunciada como un «golpe de Estado».
De Manchester en el noroeste de Inglaterra a Edimburgo en Escocia, pasando por Belfast en Irlanda del Norte y Swansea en Gales, las manifestaciones tuvieron lugar en una treintena de ciudades, bajo el eslógan «Paren el golpe de Estado».
La organización antibrexit «Another Europe is Possible» («Otra Europa es Posible»), impulsora de las protestas, aseguró que hubo «centenares de miles» de personas en la calle. La policía no informó de ninguna cifra de manifestantes.
La marcha más importante comenzó a mediodía en Londres, frente a la residencia del primer ministro en Downing Street, donde una multitud coreaba «¡Boris Johnson, vergüenza!», ondeando banderas europeas.
En las pancartas se podían leer lemas como «Los demócratas no amordazan a la democracia» o «¡Despierta, Reino Unido!» o «Bienvenido a la Alemania de 1933».
«Boris Johnson no debería decidir sobre lo que le sucede al Brexit. Ha privado al Parlamento del poder de decisión, lo que no es democrático», declaró a la AFP Bernard Hurley, un anti-Brexit de 71 años.
«Estoy completamente asqueada con lo que está sucediendo», afirmó Maya Dunn, de 66 años, una holandesa que vive en Reino Unido. Según ella, Johnson es «un mentiroso que engaña completamente a la gente».
En Newcastle, en el norte de Inglaterra, Chris McHugh, de 33 años, percibió durante la protesta «un verdadero sentimiento de unidad». «Independientemente de que uno haya votado para salir o quedarse (en la UE), se trata de proteger la esencia de nuestra democracia», dijo.
La concentración en Londres se vio brevemente perturbada cuando una decena de hombres con la cabeza rapada adornada con la bandera nacional británica irrumpió entre la multitud, escoltados por la policía, al grito de «¿Qué queremos? ¡El Brexit! ¿Cuándo lo queremos? ¡Ahora!».
Tras el final de las manifestaciones, grupos reducidos de manifestantes se desplazaron en varios lugares del centro de la capital británica donde se produjeron algunos incidentes «de escasa gravedad», indicó la policía a la AFP.
Una decisión justa
La decisión del conservador Johnson de suspender el parlamento entre la segunda semana de septiembre y el 14 de octubre, dos semanas antes del Brexit, suscitó una ola de indignación en el país.
En el Reino Unido, el primer ministro tiene derecho a hacerlo, y lo suele hacer durante la temporada de congresos anuales de los partidos políticos en septiembre.
Pero la mala elección del momento -con el Brexit previsto el 31 de octubre- y la larga duración de cinco semanas llevaron a los adversarios de Johnson a denunciar una maniobra para impedirles bloquear una salida brutal de la UE.
El primer ministro amenaza con un Brexit duro si no logra un acuerdo con Bruselas sobre las condiciones de salida. Pero justificó su decisión de suspender el parlamento afirmando querer elaborar y presentar su programa legislativo, tras su llegada al poder a finales de julio.
Según el ministro de Finanzas, Sajid Javid, preguntado el sábado en la BBC, es una decisión «justa» que permite al ejecutivo concentrarse «en las prioridades de la gente». El miércoles presentará sus prioridades presupuestarias.
La organización «Another Europe is Possible» pidió a la gente que se manifieste, a partir del lunes, «todos los días a las 17H30 (16H30 GMT) en todas las ciudades del país».
Estas manifestaciones presagian una semana política intensa en Londres, donde el parlamento vuelve al trabajo el martes. Se lanzaron tres acciones judiciales contra la suspensión y los diputados intentarán legislar para evitar un Brexit sin acuerdo.
También se contempla la posibilidad de una moción de censura contra el gobierno, que solo tiene un voto de mayoría contando con el apoyo de los 10 diputados del ultraconservador partido norirlandés DUP.