Miami se niega a ser una «ciudad santuario» para indocumentados
Miami, la principal entrada hacia Estados Unidos para Latinoamericanos, y con alto índice de habitantes hispanos viviendo en sus condados, ha definido estar de lado de las agresivas políticas migratoria del presidente Donald Trump.
El alcalde de Miami (Florida, sureste de Estados Unidos) ordenó ayer jueves a las cárceles obedecer el mandato de Trump, con el fin de limpiar la reputación de «ciudad santuario» de inmigrantes indocumentados y no poner en riesgo el ingreso de fondos federales.
Desde la campaña, Trump habló claro sobre su política y dijo que no sería tolerante con los migrantes ilegales. En algunos países –includio Guatemala, se pensó que sus acciones serían encaminadas únicamente a deportar a quienes violaban leyes criminales en aquel país. Hoy se sabe que es una acción integral.
Aunque no hay cifras oficiales, el estado de Florida es uno de los que ha acogido a gran cantidad de guatemaltecos ilegales, aunque son pocos los que residen directamente en Miami, aunque suelen trabajar en esa ciudad.
Carlos Giménez, alcalde del condado de Miami-Dade, instruyó a las autoridades penitenciarias «honrar todas las solicitudes de detención de inmigrantes recibidas por el Departamento de Seguridad Interior», confirmó a la AFP el portavoz de la alcaldía Michael Hernández.
El alcalde republicano busca así la simpatía del presidente, que ordenó el miércoles cortar fondos federales a las cerca de 300 «ciudades santuario» del país que se niegan a arrestar y contribuir a la deportación de inmigrantes sin papeles.
Ciudades santuario como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Chicago prometieron resistir las amenazas de Trump y seguir protegiendo a los inmigrantes, pero el alcalde de Miami siempre rechazó esta etiqueta que le impuso el año pasado el Departamento de Justicia.
Miami se ganó la inclusión en esta lista porque su policía local se negaba -hasta este jueves- a detener a los inmigrantes indocumentados requeridos por el gobierno federal a menos que Washington pagara los costos de su encarcelamiento.
La decisión de Giménez fue saludada efusivamente por el nuevo presidente estadounidense: «El alcalde de Miami-Dade abandonó la política de los santuarios. Buena decisión. ¡Fuerte!», escribió Trump en Twitter.
El alcalde dijo al diario local Miami Herald que tomó una decisión financiera, no ideológica, al ordenar la detención de los inmigrantes requeridos por el FBI, yendo contracorriente de la mayoría de las ciudades santuario del país.
«Me quiero asegurar de que no pongamos en peligro los millones de dólares en fondos que obtenemos del gobierno federal por un asunto de 52.000 dólares», explicó Giménez, quien votó por la demócrata Hillary Clinton, al Herald.
Cincuenta y dos mil dólares es lo que le habría costado al condado el año pasado detener a los inmigrantes en prisiones locales.
Según el centro de estudios Migration Policy Institute, Florida alberga 650.000 inmigrantes indocumentados. Es el cuarto estado con mayor cantidad de población de personas sin papeles después de California (más de 3 millones), Texas (1,5 millones) y Nueva York (870.000).
El condado de Broward, al norte de Miami-Dade, también es considerado «santuario» e igualmente busca limpiar esa reputación ante los ojos del nuevo gobierno, según dijo su alguacil Scott Israel al canal ABC.
Trump ha firmado las órdenes ejecutivas que tanto temían muchos inmigrantes durante la campaña electoral. El miércoles ordenó la construcción de un muro en la frontera y este jueves aseguró que México lo pagará a través de un arancel de 20% a sus exportaciones a Estados Unidos.
Con Información de AFP y redacción Crónica