México rifará US$95 millones con avión presidencial como símbolo

Los mexicanos esperan tener su golpe de suerte este martes con la rifa de 95 millones de dólares organizada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en sustitución del frustrado sorteo del avión presidencial.

El dinero quedará repartido en 100 premios de 20 millones de pesos cada uno (950,000 dólares), lo que representa dos tercios de lo que se espera recaudar con la venta de todos los boletos.

Cada billete o «cachito» cuesta 500 pesos (unos 23 dólares) y hasta este martes habían sido vendidos casi el 70%, según la Lotería Nacional, que organiza el juego.

«Que se sigan comprando los boletos (…). Si yo me saco el premio, pues lo voy a donar», prometió este lunes el mandatario izquierdista, quien optó por la rifa ante la imposibilidad de sortear el Boeing 787 Dreamliner de 2010.

La ley prohíbe rifar o donar bienes públicos.

Faraónica

Pero aunque ese proyecto se derrumbó, López Obrador promociona la rifa evocando la aeronave, que tilda de «faraónica» y de «insulto» frente a la pobreza que existe en el país.

Una foto del avión está impresa en los «cachitos» junto con la leyenda de que lo recaudado será para equipar a hospitales que atienden a «gente pobre».

Tras casi dos años de mandato, el gobernante tampoco ha logrado vender el Boeing, que descartó usar desde tiempos de campaña.

Uso político 

El monto obtenido hasta ahora por la venta de boletos alcanza para cubrir los premios. López Obrador anticipó que los billetes sobrantes podrían ser regalados a hospitales públicos, prioritarios en medio de la pandemia de covid-19.  

A la espera de las cifras finales de ventas, analistas consideran que el gobierno podría salir perdiendo y que el presidente insiste en vincular la rifa con el jet para sacar réditos políticos.

«Con el avión, una vez más López Obrador explota el uso de los símbolos para tener una rentabilidad política. Lo que le importa es decir ‘vean los lujos y privilegios de antes y en cambio yo soy austero'», comentó a la AFP José Antonio Crespo, historiador y analista político.

La aeronave, equipada con suite de cama doble, sala de juntas y hasta una caminadora, tuvo un costo de 280 millones de dólares y ahora su precio estimado es de 130 millones.

Fue adquirida durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) para sustituir un Boeing 757 de 1985 que venía presentando incidentes en su operación.

Sin embargo, el único que lo utilizó fue el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).

Tan pronto asumió López Obrador la presidencia en diciembre de 2018, la nave fue enviada a un hangar de California (EEUU) para su venta con asesoría de la ONU.

Venta esquiva 

El capitán Miguel Angel Valero, expresidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México, considera complicado que en el mediano plazo se concrete la venta.

«Fue un avión prototipo que tiene limitaciones en su alcance como en su capacidad de carga. Tiene que usarse como jet ejecutivo, costaría mucho configurarlo a uso comercial, pero los empresarios prefieren naves más pequeñas», explica.

El Dreamliner fue llevado de regreso México a finales de julio pasado y, según el gobierno, hay dos ofertas de compra.

«Más difícil será venderlo con la pandemia, la aviación está semiparalizada», estima el piloto.

El anterior gobierno también realizó un estudio de mercado para la enajenación, pero, según dijo, no encontró compradores.

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