El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo este jueves que el gobierno expuso claramente al fiscal de Estados Unidos, William Barr, que designar como organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos «echaría por la borda» la amplia cooperación que ambos países mantienen en temas como migración y seguridad.
«A ustedes no les conviene, sería muy mal negocio y echarían por la borda lo que ya tenemos de cooperación», dijo Ebrard sobre la postura planteada al fiscal estadounidense.
Dijo que insistieron en que México no podría aceptar «bajo ninguna condición» y por mandato constitucional que haya operaciones de personal ni tecnología militar extranjera en su territorio.
«Le quedó muy claro, se lo explicamos clarísimo», enfatizó Ebrard en entrevista con la cadena Televisa.
El canciller reconoció, no obstante, que será el gobierno de Donald Trump el que tendrá que decidir si implementa o no la medida que el mandatario anunció tras la masacre a inicios de noviembre de nueve miembros –seis niños y tres mujeres– de la familia LeBarón, que tiene doble nacionalidad mexicano-estadounidense.
El múltiple asesinato, ejecutado por presuntos sicarios del narcotráfico en una zona remota entre los estados de Sonora y Chihuahua (norte), provocó un airado debate en México sobre si las acciones de estos grupos son terrorismo y si esa decisión implicaría una intervención estadounidense en el país.
Abundó en que la eventual denominación «complicaría muchísimo» temas como la migración, al dar un nuevo argumento legal a personas que quieran solicitar asilo en ese país.
Ebrard dijo que México puso nuevamente sobre la mesa la reducción del flujo ilegal de armas que ingresan desde Estados Unidos, así como el paso de drogas y los recursos necesarios para establecer un sistema binacional para controlarlo.
«Buena reunión» con López Obrador
El fiscal Barr conversó este jueves con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien calificó el encuentro como una «buena reunión».
«Como abogado comprende que nuestra Constitución nos obliga a ceñirnos a los principios de cooperación para el desarrollo y a la no intervención en política exterior», escribió el mandatario izquierdista en Twitter.
«De este modo siempre podremos trabajar juntos», añadió.
En la reunión participaron también Ebrard y los secretarios de Defensa, Luis Crescencio Sandoval, y de Marina, José Rafael Ojeda.
López Obrador, quien ha tratado de mantener buenas relaciones con Trump, dijo antes de la reunión que las dos partes revisarían «un documento que va a servir de marco de referencia» a la agenda bilateral de seguridad.
Tras la cita con el mandatario, Barr sostuvo otra reunión con Ebrard, Ojeda y el titular de Seguridad, Alfonso Durazo.
Allí abordaron las «prioridades» de la agenda de seguridad, que también incluye el lavado de dinero, y cómo hacer frente «en conjunto» al crimen transnacional, según un comunicado del gobierno.
Acordaron además «fortalecer al Grupo de Alto Nivel de Seguridad México-Estados Unidos (Ganseg), integrado el pasado 27 de agosto», para combatir a la delincuencia organizada y al crimen transfronterizo, así como dar seguimiento a sus resultados.
Ambos encuentros se llevaron a cabo tres días después de que López Obrador recibiera en el Palacio Nacional a miembros de la familia LeBarón.