El número de indocumentados que llegan a México para tratar de cruzar a Estados Unidos disminuyó en junio a 100.000 personas, en comparación con las 144.000 que ingresaron en mayo, pero si la cifra no decrece aún más, podría desatarse una crisis, informó la cancillería mexicana.
Luego de la amenaza de Washington de imponer aranceles a las exportaciones de México si no frenaba el creciente flujo de indocumentados, el gobierno desplegó en junio miles de soldados y policías en sus fronteras y endureció las detenciones y deportaciones de migrantes, principalmente familias centroamericanas.
En mayo, se registró el ingreso de 144.000 migrantes mientras que en junio sumaron unos 100.000, dijo en conferencia de prensa Maximiliano Reyes, vicecanciller de México para América Latina y el Caribe.
«Números que siguen siendo sumamente altos en comparación con la manifestación normal del fenómeno migratorio de Centroamérica hacia Estados Unidos», recalcó, al advertir que de mantenerse estas cifras, habría «un riesgo latente de una crisis humanitaria o que sucediera una desgracia».
En años anteriores, se estimaba que anualmente unos 500.000 migrantes atravesaban México en busca del sueño americano. En su gran mayoría, se trata de hodureños, guatemaltecos y salvadoreños que huyen de la violencia y la falta de oportunidades económicas en sus países de origen.
Pero desde octubre del año pasado, miles de estos migrantes recorren en multitudinarias caravanas kilométricas rutas con el objetivo de pedir asilo en Estados Unidos o cruzar ilegalmente esa frontera.
Reyes aseguró que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, realizará una visita oficial a México el 27 de julio, luego que su par salvadoreño, Nayib Bukele, hizo lo propio en junio.
A finales de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con imponer aranceles graduales del 5% al 25% a partir del 10 de junio a las exportaciones de México si no frenaba a los migrantes.
El 7 de junio, ambos países alcanzaron un acuerdo para suspender la aplicación de los aranceles: Estados Unidos le dio a México un periodo de 45 días para poner en marcha medidas contundentes.
Este martes, la administración Trump puso en vigor una normativa que restringe la posibilidad de que los migrantes puedan solicitar asilo en Estados Unidos si llegan desde México, una medida rechazada por México.
México busca financiamiento internacional para crear un plan de desarrollo en Centroamérica con el objetivo de crear empleos y mejores oportunidades de vida, argumentando que esto detendría la emigración forzada.