El crack argentino vuela hacia el reto imposible de conquistar su sexto reconocimiento como mejor futbolista del planeta.
Leo Messi es como el buen vino: mejora con el paso del tiempo. Partido a partido confirma que no ha alcanzado todavía su techo y que su juego no conoce límites. Ante el Sevilla volvió a deleitar a sus seguidores con un golazo de falta que puso al Camp Nou patas arriba, pero no son sus goles sino su aportación al juego colectivo del Barcelona lo que le ha llevado, cerrado el mes de febrero, a convertirse en el gran favorito para revalidar el quinto Balón de Oro que el fútbol mundial le concedió la temporada pasada.
Para la edición de 2016 se vislumbra a Neymar y Luis Suárez como sus grandes competidoes, especialmente si el Barcelona repite de nuevo el triplete obtenido la temporada pasada. A Cristiano Ronaldo le peligra el podio. Por los resultados del Real Madrid, por las polémicas que le envuelven y por sus dificultades para reafirmar su clase cuando debe medirse a un rival poderoso.
Cada actuación de Leo Messi merece aplausos encendidos de los aficionados y los medios de comunicación. Y partidos como el que bordó en el Fly Emirates Stadium ante el Arsenal, con más repercusión internacional, refuerzan su condición de gran favorito para la próxima edición de un Balón de Oro que ya es medio suyo.