¿Quién es el jugador más grande de todos los tiempos? En todos lados hay debate, excepto en Nápoles, donde Diego Armando Maradona es el indiscutible número 1 y donde Leo Messi, otro candidato a esa distinción, jugará por primera vez el martes con el FC Barcelona en Liga de Campeones.
«Será un momento especial ver a Messi en San Paolo, sí. Pero el más grande sigue siendo Maradona. Para siempre», asegura a la AFP Massimo Vignati, cuya madre fue la ama de llaves y cocinera del ‘Pibe de Oro’ durante sus siete años napolitanos y cuyo sótano alberga un extraordinario museo dedicado al genio argentino.
Solo en Nápoles existe una identificación de este tipo entre un jugador y un estadio. San Paolo es el coliseo de Maradona, la casa de Maradona, donde Messi nunca ha jugado.
«Hacía mucho tiempo que tenía ganas de ir a jugar a ese estadio y la ocasión no llegaba. Ha llegado y estoy muy impaciente de ver cómo es. Será una experiencia muy linda jugar allá», declaró el jugador azulgrana esta semana en una entrevista al periódico Mundo Deportivo.
Antes que él, otros atacantes argentinos han visitado el estadio. Y lo han entendido. «Todo el mundo me hablaba de él. Entendí que aquí, él es Dios», explicó Sergio ‘Kun’ Agüero. «La primera vez lloré de emoción», afirmó Hernán Crespo. «Tenía escalofríos pensando que Diego jugó aquí», añadió Gonzalo Higuaín.
Ninguno de ellos tiene la talla de Messi, pero sus testimonios confirman que el estadio del barrio de Fuorigrotta, y Nápoles en general, no son cualquier cosa desde las siete campañas (1984-91) que ‘El Diez’ vistió la elástica azul.
«Maradona en Nápoles es como San Gennaro», explica Vignati en referencia al patrón de la ciudad, cuyo «milagro» de la licuefacción de sangre se celebra tres veces por año.
«Lo que os habéis perdido»
La cara del exnúmero 10 del Nápoles está en todos lados en las calles de la ciudad e incluso se viene de peregrinación para contemplar uno de sus (supuestos) cabellos, tomado de un asiento de avión en el regreso de un partido en Turín.
La reliquia se expone en un pequeño altar artesanal instalado en el interior del bar Nilo, en el centro de la ciudad. «Diego Armando Maradona nos hizo ver cosas que nadie puede imaginar», declaró en 2017 a la AFP Bruno Alcide, dueño del establecimiento.
La idolatría local es muy grande e incluso se dice que «Santa Maradona» habla a los muertos. Al día siguiente del primer ‘scudetto’ conseguido por el Nápoles en 1987 -año de nacimiento de Messi-, se habría escrito un mensaje a los difuntos en un muro de un cementerio de la ciudad: «Lo que os habéis perdido…».
Los vivos no se han hecho de rogar para esta ida de los octavos de final de la ‘Champions’ entre Nápoles y Barça. Pese a los precios muy elevados, las colas en las taquillas fueron muy largas, señal de que incluso en casa de Maradona vale la pena admirar al genio Messi.
Lorenzo Insigne, capitán napolitano, estará en primera fila. «Messi tiene cualidades que nadie más tiene. En el uno contra uno es incomparable. Es muy discreto y creo que eso le honra, es un campeón también fuera del terreno de juego», declaró a Sky Sport.
¿Y con respecto a Maradona? «Después de Maradona, Messi es el mejor jugador del mundo. Maradona siempre primero».