El capitán del FC Barcelona, Leo Messi, ha asegurado que la consecución del trofeo de la Copa del Rey fue «un punto de inflexión» para el vestuario y un título «especial y muy importante», además de desvelar las «muchísimas ganas» que tiene de poder disputar la Copa América este verano.
«Siempre que compito, compito para ganar e intentar conseguir todos los objetivos y títulos. La verdad es que la última Copa del Rey fue especial por el momento en que estábamos también, el club viene de un par de años donde no lo estábamos pasando bien. Es un vestuario muy joven, con mucha gente nueva, y esta Copa del Rey para el vestuario fue un punto de inflexión, y muy importante», declaró en una entrevista en el diario deportivo argentino ‘Olé‘.
Además, confesó la ilusión que tiene por jugar la Copa América de este verano. «Está todo el grupo con muchas ganas, ilusionado de poder jugar esta Copa. Hace mucho que no nos juntamos también, la última vez no pudimos ir por el tema del virus y eso hace que tengamos más ganas de juntarnos. Es una Copa especial, diferente, por el tema de que no va a haber gente seguramente. En lo personal, tengo muchísimas ganas de estar otra vez», subrayó.
En la extensa entrevista, el delantero azulgrana recordó cómo se decantó por jugar con la selección argentina en lugar de por España. «En la selección española Sub-17 estaba Cesc, que jugaba conmigo en el Barcelona. Salió el tema de por qué no estaba yo, y a raíz de eso surge todo. El Laucha siempre fue conocido y después me ayudó muchísimo a integrarme cuando llegué a la Sub-20. Ese grupo ya venía trabajando desde hace tiempo y yo llegaba nuevo. Tener su apoyo en ese momento fue importante», desveló.
Arrepentimientos
Sobre su carrera, Messi confesó que le hubiese encantado pedir intercambiar la camiseta con algunos grandes futbolistas. «Me arrepiento de no haber pedido camisetas antes a jugadores a los que me he enfrentado cuando era chico, como la de Ronaldo, la de Roberto Carlos… Hoy me hubiese gustado tener esa camiseta», expresó.
En otro orden de cosas, recordó su infancia en Argentina. «Fue espectacular. Era otra época también, vivíamos de otra manera. El chico en Argentina vivía de otra forma también, distinta de lo que pasa hoy. Y la verdad que lo disfruté mucho», manifestó, recordando su tratamiento. «Nunca pensé en que lo tenga que hacer Thiago o alguno de mis hijos. Viéndolo como padre, cuesta… Son cosas que tenía que hacer y nunca tuve ningún problema. Me ocupaba solo -de aplicarse las inyecciones- y era responsable», rememoró.
Su hogar
También habló de su relación con su familia. «Hay muchos padres tienen que salir a trabajar y trabajan todo el día y no llegan hasta la noche, como le pasaba al mío; yo lo veía llegar a las nueve de la noche, muerto. Tengo la suerte de estar prácticamente todo el día con ellos, poder llevarlos al colegio, ir a buscarlos, llevarlos a fútbol, a otras actividades, y me encanta», reconoció.
«A Thiago no le gusta que lo reconozcan; su carácter es muy tímido y lo pasa mal. Y Mateo todo lo contrario, le chupa un huevo que lo reconozcan, o que digan esto o aquello, le da lo mismo», dijo entre risas sobre sus hijos.