La regulación de la competencia ayuda a mejorar el crecimiento económico, a que el consumidor tenga acceso a bienes y servicios de mejor calidad y a precios justos. Pero además fortalece al Estado.
Rodrigo Pérez / rperez@cronica.com.gt
Un debate sobre cómo corregir los fallos del mercado y hacer más competitivo al país está en ciernes. Y la discusión que se avecina se centrará en el cómo. La primera chispa de la hoguera es el proyecto de ley de competencia que el Ministerio de Economía (Mineco) presentó el pasado 11 de mayo ante el Congreso de la República.
Y es que Guatemala no cuenta con una normativa que dé cumplimiento al mandato constitucional de prohibir los monopolios y privilegios que afecten la libre competencia entre empresas. A ello se suma que esta regulación es también un compromiso que adquirió el Estado con la Unión Europea, cuando se firmó el acuerdo de asociación entre el istmo y el viejo continente.
En este contexto, Crónica entrevistó a José María Marín Quemada, presidente de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) de España, quien de manera imparcial, y en términos generales, habló sobre la importancia de la competencia en el mercado.
Argumentos del Mineco
La iniciativa presentada por la cartera de Economía, según la exposición de motivos, asegura que con la apertura de los mercados en la economía global se abren nuevas perspectivas y surgen nuevos retos para la economía nacional, especialmente en lo que se refiere a los esfuerzos nacionales que deben emprenderse para logar el incremento sostenido de la eficiencia económica que asegure niveles adecuados de competitividad de las actividades productivas del país.
La propuesta, en su parte expositiva, también señala que desde esta óptica también se impone la necesidad de promover la competencia por medio de una ley en la materia, en función del interés privado de los empresarios, el interés colectivo de los consumidores, el interés propio del Estado y la necesidad de homologar nuestra legislación en el plano internacional.
La propuesta que aún está por ser discutida en el Legislativo; sin embargo, ya acumula señalamientos de irregularidades. En tal sentido, el Instituto de Derecho de Competencia ha manifestado que la iniciativa de ley contiene algunos aspectos positivos, pero que en realidad se ven neutralizados por las fuertes debilidades, principalmente desde el punto de vista institucional.
Y entre otras deficiencias, enumera que hace falta definir de manera más amplia el ámbito de aplicación, por cuanto que algunas prácticas o acuerdos que se realicen fuera de la República (pero con efectos dentro de la República) podrían quedar fuera del ámbito de aplicación.
Sumado ello, indica que la redacción es confusa y ambigua, que se debe revisar la tipificación de prácticas restrictivas relativas, hacia un abanico más amplio que responda a la modernidad de los mercados en cuanto a las formas de hacer negocios. Así como reevaluarse el modelo de control de concentraciones económicas propuesto, para que tenga efectividad de acuerdo al verdadero propósito y naturaleza de estos mecanismos.
La libre competencia entre empresas y la certeza jurídica impulsan el crecimiento económico de las naciones.
“Imperfecciones del mercado se deben corregir”
A continuación se presenta un resumen de la entrevista hecha a Marín durante su reciente visita a Guatemala.
Mercado nacional
El mercado guatemalteco se corresponde con una economía que, desde el punto de vista de Europa, tiene unas tasas de crecimiento considerable, con un nivel de consumo significativo, con acuerdos comerciales no solo con Centroamérica, sino con otras áreas del mundo, entre ellas la Unión Europea. Es un mercado en el que se refleja la estructura económica del país, con un componente industrial y un componente de generación agrícola, hay posibilidades de crecimiento vía turismo y se tienen recursos naturales magníficos.
Seguridad jurídica
La competencia es importante porque añade seguridad jurídica, ordena el mercado, neutraliza los fallos del mismo y también los del Gobierno, los cuales suelen ser de regulación; mientras los del mercado suelen ser de competencia. Sea el mercado que sea y sea el país que sea esos fallos e imperfecciones del mercado se deben corregir. Las deficiencias del mercado siempre se traducen en prácticas colusorias de la competencia, pero no hay que asustarse, ya que es una imperfección como cualquier otra y se deben limar hasta que desaparezcan. Lo cual representa una tarea ardua, puesto que se necesitan agencias fuertes de supervisión regulatoria, agencias de competencia, que sean rigorosas, transparentes y que sean independientes. Si cumplen con esos requisitos, es posible llevar a cabo la tarea, pero que sea posible no quiere decir que sea fácil.
Monopolios
La política de competencia no es una cuestión de moda, tiene todo un entramado teórico. Un monopolio, per se, no es malo ni bueno. Si introduce prácticas que son ilícitas es malo y todo aquello que se traduzca en pérdida de calidad e incremento de precio para sus clientes.
El problema es cuando un monopolio o duopolio está perjudicando al mercado. Pero no nos tenemos que asustar de cuotas altas de propiedad, lo que tenemos que ver es cómo esas cuotas altas en el sector a, b o c, estorban o facilitan la llegada de otras empresas, o bien la generación de empleo, generación de riqueza y bienestar. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre un monopolio bueno o malo? Que generan bienestar, riqueza y oportunidades de negocio o que la estorba. Cuando hay competencia no se necesita ninguna regulación y cuando no hay competencia entonces es cuando se requiere mucha regulación. Lo que hay que hacer es ir dosificando, a medida que aumenta la competencia se disminuye la regulación y a medida que disminuye la competencia hay que aumentar la regulación.
Beneficios de competencia
El beneficio de la competencia para la empresa radica en que señala oportunidades de negocios. Pero recordando que las empresas también tienen un tanto de responsabilidad social y que a medida que cumplan con esas responsabilidad social: pagar impuestos, atender a las leyes laborales, cumplir con las leyes de competencia están favoreciendo a ese país y por lo tanto se están favoreciendo a ellas. Me cuesta trabajo pensar que haya empresas que quieran beneficiarse a costa de perjudicar a su país.
Al consumir los beneficia porque garantiza el acceso a bienes y servicios de calidad a un precio razonable.
En tanto que al Estado le da fortaleza. Un Estado que procura las prácticas colusorias de competencia es un Estado débil.
Más crecimiento económico
Corregir las fallas del mercado en naciones en vías de desarrollo es importante porque las agencias de competencia, de supervisión de la competencia o de supervisión de la regulación son elementos que generan crecimiento. Hay una serie de estudios que conectan crecimiento, calidad de crecimiento (que es un matiz distinto), con la existencia de agencias de competencia o de supervisión regulatoria. Hay una fuerte correlación entre calidad institucional de las agencias de competencia o de supervisión de regulación con calidad de crecimiento. Y cuando no se produce crecimiento porque hay una crisis; por ejemplo financiera y de características mundiales, las agencias son capaces de amortiguar los problemas, las dificultades de crecimiento. En definitiva le voy hablar de un detalle, podríamos hablar de muchos más, la seguridad jurídica. La seguridad jurídica es el garante de atracción de inversiones, es garante de diversificación y todo eso viene de la mano de esas reformas estructurales que procuran tener instituciones más sólidas, capaces y más profesionales.
Retos económicos y globalización
Los retos son iguales para todos los países, pero las posibilidades de éxito de unos frente a otros son muy superiores. Una nación moderna con instituciones sólidas puede hacer frente a muchas más dificultades y sobre todo es mucho más garante de esos valores de libertad y justicia. Los países pueden tener mayor o menor nivel de desarrollo, pueden ser más grandes o pequeños, más dados a las exportaciones o la industria, pero sus gobernantes tiene el deber de que esos países sean mejores y de que estén a la vanguardia en el área geográfica donde están o del núcleo de producción o de especialización económica de que se trate. Y para eso las instituciones son importantes.