- Aunque la noticia pasa desapercibida, InSigthCrime, ha comprobado que el narcotráfico internacional modifica sus estrategias para trasladar la droga del sur al norte
En los últimos tres años, las interceptaciones de narcovuelos de cocaína en Guatemala y Centroamérica en general han caído drásticamente. Esto sugiere que los narcotraficantes están cambiando su modus operandi, posiblemente en respuesta a una mayor atención a las rutas aéreas.
En los primeros cuatro meses de 2024, datos de la policía antinarcóticos reportaron que una sola pista de aterrizaje ha sido destruida y que aún no han interceptado ningún vuelo con drogas.
Las cifras representan un descenso cada vez más marcado de las interceptaciones en las rutas aéreas, que discurren principalmente por Honduras y Guatemala. Las grandes extensiones de selva remota, lejos del alcance de las fuerzas de seguridad, junto con la proximidad a la frontera mexicana, hacen que ambos países sean atractivos para los traficantes que buscan aterrizar narcoavionetas.
El número de pistas de narcotráfico destruidas por las fuerzas de seguridad guatemaltecas se redujo de manera constante de 22 en 2021, a 15 en 2022, a sólo 12 el año pasado, antes de caer a 1 en los primeros cuatro meses de 2024. Las agencias antinarcóticos tampoco han incautado cocaína transportada a través de rutas aéreas hacia Guatemala este año, después de incautar 938 kilogramos en 2023 y 3,8 toneladas en 2022.
Pero las autoridades siguen realizando importantes incautaciones de cocaína, principalmente en el mar. Las fuerzas de seguridad confiscaron 6 toneladas de cocaína en el mismo periodo –principalmente en aguas del Pacífico, pero también en tierra–, superando el botín anual de 5 toneladas del año pasado.
Las organizaciones de narcotraficantes utilizan principalmente las rutas marítimas, sobre todo a lo largo de la costa del Pacífico, declaró a InSight Crime un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos que no estaba autorizado para hacer declaraciones oficiales.
Visión de análisis
Aunque los esfuerzos de las autoridades parecen haber alejado a los traficantes de las rutas aéreas, el cambio de métodos sigue sin tener una respuesta clara, mientras la capacidad de las organizaciones de narcotráfico para enviar cocaína “a granel” sigue siendo incuestionable.
El ejército guatemalteco señaló el aumento de las defensas aéreas como una de las razones de la disminución de la cocaína que llega por rutas aéreas. En los últimos años, las fuerzas armadas, con el apoyo de EE.UU., han invertido en aviones y tecnología de radar para disuadir los vuelos de la droga.
Sin embargo, es probable que el aumento de la capacidad militar tenga un efecto limitado. Los traficantes nunca han mostrado especial temor a que las autoridades descubrieran sus pistas de aterrizaje, y a menudo construyen nuevas pistas adyacentes a las que han sido desmanteladas por las fuerzas de seguridad. Debido a las grandes ganancias disponibles, los traficantes a menudo están dispuestos a deshacerse de los aviones y las pistas de aterrizaje de la droga después de un solo vuelo, y las autoridades rara vez podían llegar a las nuevas pistas de aterrizaje antes de que aterrizara la droga.
Por otra parte, es probable que los recientes procesos en contra de personas clave que facilitaban el tráfico aéreo entre Centroamérica, hayan desempeñado un papel importante en el descenso de los narcovuelos.
Por ejemplo, en 2021 –el año antes de que comenzaran a disminuir las interdicciones aéreas de cocaína– los fiscales guatemaltecos arrestaron a tres oficiales militares sospechosos de compartir inteligencia del ejército para ayudar a los traficantes a introducir droga en el país por avión.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha procesado a ciudadanos estadounidenses que suministraban aeronaves ilegales a redes de narcotraficantes en Guatemala y otros países latinoamericanos, como parte de los esfuerzos para interrumpir los puentes aéreos entre Sudamérica y Estados Unidos.
También es posible que los traficantes estén cambiando sus métodos por razones logísticas y económicas. Con la producción de cocaína en un récord histórico, trasladar los cargamentos por mar o por tierra puede ser simplemente un método más viable para que los traficantes envíen cocaína a granel.
Para las autoridades es un reto detectar los envíos marítimos, especialmente en países que carecen de recursos, dijo a InSight Crime Emilia Ziosi, investigadora de flujos de drogas ilícitas en la Universidad de Oxford.
(Con información de Alex Papadovassilakis y Sam Woolston de InSigthCrime)