En cuatro décadas Estados Unidos dio un giro en torno a la aceptación del movimiento homosexual (gay). Muchos creen que al legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo, este país podría provocar un efecto dominó en regiones como Europa y América.
Washington– La Casa Blanca se convirtió en la Casa Arcoiris, para dar la bienvenida a una de las resoluciones más controversiales de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos: la legalización del matrimonio gay en los 50 estados de la Unión.
Muchos hablan en la capital estadounidense sobre el significado de esta resolución que marca un profundo cambio social en la nación más poderosa e influyente del mundo, razón por la cual ven también la posibilidad de que en pocos años se vea un virtual efecto dominó en otros países, principalmente en los que se verá un repunte de los movimientos a favor de los homosexuales, algo que no parecía posible en tan poco tiempo.
Algunos consideran que se trata de un triunfo de la Casa Blanca y la administración de Barack Obama, otros ven la mano más liberal de los demócratas, mientras que otros consideran que simplemente es el resultado de una realidad que no ha dejado de crecer en las últimas décadas.
En los años setenta –hace cuatro décadas apenas–, se permitía a líderes políticos frases homofóbicas sin mayores repercusiones. El entonces presidente Richard Nixon dijo en una ocasión que no podemos permitir que le pase a este país lo que le sucedió a los griegos, que fueron destruidos por la homosexualidad.
Hoy, quien ocupa su cargo en la Casa Blanca, Obama, dijo en tono optimista que se trata de una victoria de América al referirse a la resolución, y él mismo ordenó la iluminación con el símbolo gay –el arcoíris– de la Casa Blanca, símbolo del mayor poder en el planeta.
Los republicanos aun no aceptan con agrado esta resolución, pero las criticas no son tan fuertes como muchos pudieron anticipar. Antes se había abierto a las fuerzas armadas para los gais y las lesbianas, y este paso ahora se mira como el impulso final para que la Suprema Corte diera el voto favorable a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
El juez que redactó el fallo a favor de los matrimonios gay proviene de un período conservador. Se trata de Anthony Kennedy, nombrado por Ronald Reagan, quien tomó en cuenta que se estaba también favoreciendo el programa de salud conocido como Obamacare, que en otras condiciones dejaría sin cobertura sanitaria a más de 6 millones de personas que ahora tendrán todos los beneficios familiares.
Aunque no se le concede el crédito de lo sucedido a Obama, no cabe duda que cuando abandone la Casa Blanca en 2017 el país será diferente.
Por ahora, las empresas en general empiezan a adaptarse a la obligación de reconocer este tipo de matrimonios, porque ahora podrán disfrutar de beneficios sociales e impositivos, algo que antes se les vedaba. Se estima que un 2 por ciento de los matrimonios existentes en el país eran entre personas del mismo sexo, pero con la legalización esta cifra se podrían incrementar considerablemente en los próximos meses.
El efecto dominó
Un tema controversial. Un tema que provocará polémica en muchos países, pero falta ver qué tipo de efecto provoca en cada continente.
En España se habla de matrimonio igualitario, pero cada vez hay más, porque la lucha que este sector de la población sostiene, no es solamente por el reconocimiento, sino tiene que ver también con los beneficios legales a los que pueden acceder con el reconocimiento legal.
Ahora, con lo sucedido en Estados Unidos, se espera que el efecto impacte en la zona europea, en donde ya Irlanda se había anticipado, a pesar de las criticas de los sectores más conservadores.
El ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se autorizaron este tipo de matrimonios en su país, anticipó que se verá pronto un incremento en las bodas y así ha sido. Se han realizado cerca de un millón de bodas gay en la última década.
Pero España e Irlanda provocan pocas olas para estos movimientos. En cambio, Estados Unidos se vuelve en el ícono a seguir en muchas sociedades.
Por supuesto que aun hay que esperar el debate moralista en muchos de los estados de EEUU, algunos de los cuáles se habían resistido a su aprobación.
Para muchos, esta es una página en la historia, y las reacciones que ha generado así lo confirman.
La visita del Papa
Para los religiosos en general, el fallo que concede reconocimiento constitucional a los matrimonios de personas del mismo sexo, constituye un retroceso para la sociedad estadounidense, y dará mucho de que hablar.
El presidente de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, el arzobispo de Lousville, Kentuky, Joshep E. Kurtz, fice que así como no se ha resuelto hace 40 años el asunto del aborto, este fallo tampoco resuelve la cuestión del matrimonio hoy y anticipa que es una resolución que terminará en fracaso.
El representante de la iglesia católica en Estados Unidos dice que la Corte se equivoca otra vez. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo se pueden constituir en matrimonio.Los católicos en Estados Unidos se estiman en unos 70 millones de personas, pero las mediciones y encuestas que en este país miden casi todo, muestran que seis de cada diez estadounidenses consideran extraordinaria la noticia del fallo de la Suprema Corte. En 1996 este tipo de matrimonios apenas contaba con el 27 por ciento de aprobación.
Ahora la atención se centrará en el encuentro que tendrá lugar en esta capital el 23 de septiembre entre el presidente Obama y el Papa Francisco, quien realizará dos viajes al continente americano, como parte de su intención de fortalecer esta religión en el hemisferio.
Francisco se ha caracterizado por evitar las criticas demasiado severas a los homosexuales, aunque si considera que la familia está amenazada por los esfuerzos crecientes de algunos por definir la institución del matrimonio. Para él, ese encuentro será una prueba de fuego para que exprese su punto de vista.
La resolución
Esta histórica resolución deja claro el pensar de cinco de los nueve jueces que votaron a favor. En su texto se pueden ver algunas consideraciones importantes, entre ellas, la de destacar que se pretende favorecer a quienes estaban condenados a vivir excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Piden dignidad igualitaria ente los ojos de la ley: la Constitución les garantiza ese derecho.
Para la Corte, basada en la propuesta de Kennedy, el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse es parte de la libertad que promete la Catorceava Enmienda, de la Constitución de los Estados Unidos.
Un tema controversial. Un tema que provocará polémica en muchos países, pero falta ver qué tipo de efecto provoca en cada continente.