«Que se oiga la voz de todos». Una marcha por Madrid, con la joven sueca Greta Thunberg a la cabeza, buscará este viernes presionar a los líderes de la COP25 de la ONU para que tomen acciones urgentes ante la crisis climática.
La manifestación, que recorrerá la capital madrileña de sur a norte a partir de la 18H00 locales (17H00 GMT), reunirá a activistas de todas partes del mundo bajo el lema «el mundo despertó ante la emergencia climática».
A la protesta al margen de la conferencia anual de la ONU, la COP25, se unirá Greta Thunberg, símbolo de la lucha medioambiental desde que lanzó en agosto de 2018 su «huelga escolar», catalizadora del movimiento global «Viernes por el futuro».
La activista de 16 años llegó a Madrid a las 08H40 (07H40 GMT) desde Lisboa en tren, ya que no viaja en avión por el impacto ambiental de ese medio de transporte.
Tuvo su propia odisea para llegar: había ido en velero a América para participar en una cumbre climática de la ONU en Nueva York y luego en la COP25 prevista en Chile.
Pero ante la revuelta social en el país sudamericano, el gobierno chileno desistió de albergar la conferencia de la ONU, y cuando la sede se mudó a Madrid, Greta debió tomar un catamarán para llegar a tiempo a Europa.
En la marcha también participará el actor español ganador de un Óscar Javier Bardem, comprometido activista por el clima.
En paralelo a la manifestación de Madrid, se espera otra en Santiago.
El año del «despertar climático»
«Sabemos que será masiva, esperamos que sean cientos de miles en la calle pidiendo acción urgente», avanzó a periodistas un portavoz de la movilización, Pablo Chamorro.
«2019 ha sido sin duda el año del despertar climático de la sociedad civil, de los movimientos sociales, de los jóvenes, que se han levantado para pedir más ambición, medidas valientes, para hacer frente a la emergencia climática», agregó.
En el manifiesto de la marcha, los convocantes envían un mensaje claro a los representantes de casi 200 signatarios del Acuerdo de París reunidos hasta el 13 de diciembre en Madrid, ante el temor que decepcionen las esperanzas depositadas.
«Exigimos a los gobiernos participantes en la COP25 que reconozcan que la inacción climática actual e insuficiente ambición que reflejan los compromisos más ambiciosos de los países nos conducirán a un calentamiento global desastroso para la vida», señalaron.
«Apenas queda tiempo para frenar la emergencia climática y necesitamos que se oiga la voz de todos los pueblos y personas, en Santiago de Chile y en Madrid», subrayaron.
«Si logramos captar la atención, más personas se implicarán. Y al final, los políticos tendrán que actuar», dijo Paula Rubio, una activista madrileña de 23 años que ayudó a construir una enorme ballena de madera para la marcha.
Los primeros afectados
La protesta quiere ser un «gran momento global», estimó Estefanía González, portavoz de la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), que representa a más de 150 grupos chilenos e internacionales.
«Vengo de Chile, un país donde un árbol de aguacate tiene más derecho al agua que una persona», denunció.
La crisis en Chile por la desigualdad social y económica ha estado «directamente relacionada con la crisis ambiental», dijo González, en referencia a las mayores protestas en ese país desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet hace casi 30 años que han dejado 23 muertos.
La SCAC impulsa la Cumbre Social por el Clima, una conferencia paralela a la COP25 que se extenderá por una semana desde este sábado y que incluirá cientos de eventos y talleres.
Habrá gran presencia de grupos indígenas, «los primeros afectados por el cambio climático», en palabras de Juan Antonio Correa del colectivo Minga Indígena.
«Las prácticas tradicionales e históricas y la relación que han tenido los pueblos de origen indígena con la Madre Tierra es una alternativa y es la manera en que toda la sociedad moderna podría hacer frente a esta crisis climática», aseveró.