Al menos 55 elefantes murieron de hambre o de sed en el último mes en la principal reserva de Zimbabue, víctimas de la grave sequía que azota al país y de la superpoblación de paquidermos, anunciaron el lunes las autoridades locales.
«El parque Hwange fue creado para albergar a 15,000 elefantes pero hay más de 50,000 en este momento. No tienen suficiente alimento y agua a causa de la sequía», explicó un portavoz de la agencia de protección de la fauna salvaje, Tinashe Farawo.
«La amenaza más grave que pesa sobre nuestros elefantes es la desaparición de su entorno», declaró. «La situación es terrible, necesitamos agua desesperadamente».
Como el resto de África austral, Zimbabue ha atravesado episodios de sequía recurrentes, agravados por el cambio climático, que afectan a la seguridad alimentaria de la población y de la fauna.
El episodio de este año, particularmente grave, fue aún peor debido a la crisis económica del país.
La ONU estimó recientemente que, para enero, la hambruna amenazará en Zimbabue a 7,7 millones de personas, casi la mitad de su población.
Movidos por el hambre, muchos animales dejaron sus reservas y llegaron a varios pueblos, donde causan daños y ponen en peligro a la población. Al menos 200 personas fueron abatidas en los últimos años por los paquidermos, según las autoridades.
En los últimos diez años, la población africana de paquidermos se redujo en 110.000 ejemplares y cayó hasta los 415.000 individuos, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sobre todo a causa de la caza furtiva y de la venta ilegal de marfil.