El mito argentino del fútbol Diego Armando Maradona fue sepultado este jueves por la tarde en el cementerio de Bella Vista, a 40 kilómetros de la Casa Rosada, donde comenzó el último adiós al ‘Diez’ en un velatorio que tuvo que ser suspendido por el caos y la escalada de tensión que sitió la sede del Gobierno del país.
Junto a Doña Tota y Don Diego, sus padres y mayor motivación para convertirse en crack del fútbol, los restos mortales del campeón del mundo en México’86 descansaron en campo santo. La noche ya caía en Buenos Aires, con el final de una ceremonia religiosa íntima, con cerca de 30 personas, con su familia más cercana y autoridades.
Apenas 30 horas después de su muerte por una parada cardiorrespiratoira, Maradona fue enterrado tras una despedida que se desbordó por completo. El Gobierno ofreció su Casa Rosada para un velatorio que comenzó sin incidentes pero que terminó en un caos, batallas en las calles y asalto a esa sede central. El féretro ‘del Diego’ tuvo que ser cambiado de sitio y el homenaje suspendido.
Incidentes
La despedida pública a Maradona transcurría emotiva y tranquila pero, con previsión de que la jornada terminara a las 16 horas cuando se había hablado de dos días de ‘ofrenda‘, comenzaron los nervios. Miles de personas aún hacía colas de varios kilómetros para entrar al velatorio, situado en uno de los salones de Balcarce 50, y se produjeron entonces los primeros altercados.
La Policía comenzó a establecer cortes que aún tendrían tiempo de entrar y comenzó la disputa entre los aficionados y los cuerpos de seguridad en los alrededores de la Plaza de Mayo y zonas aledañas. La Policía cargó con balas de goma, tanques de agua y gases lacrimógenos. Una parte de la inmensa multitud respondió con el lanzamiento de piedras y botellas, en especial en la intersección de Avenida de Mayo con 9 de julio.
Por momentos se decidió que darían tres horas más al velatorio, hasta las 19 horas, pero la creciente situación de caos en las calles y a las puertas de la sede del Gobierno obligó a las autoridades a cerrar la Casa Rosada, con gente colándose por las ventanas y otras puertas, y suspender el velatorio. Mientras los enfrentamientos en la calle seguían, se trazó el plan de traslado del féretro al cementerio Jardín de Bella Vista.
Presidente pidió calma
El presidente del país, Alberto Fernández, llegó a acercarse a una de las vallas de la Casa Rosada para pedir calma a los aficionados. El cortejo fúnebre se puso en marcha para cubrir los 40 kilómetros hasta el cementerio, acompañado por miles de personas en su recorrido. La Policía abrió paso como pudo y ya en el cementerio sólo pudieron entrar familiares y amigos.
El despliegue policial alrededor del cementerio permitió un final tranquilo después un día de locura que coqueteó con alguna desgracia por una organización desbordada, con el agravante de la pandemia de coronavirus. Maradona descansa en paz ya junto a sus padres, por los que peleó para darles una vida mejor hasta convertirse en mito de Argentina y del fútbol mundial.