El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva recibió este lunes en París el título de ciudadano de honor de la ciudad, en un acto en el que dijo estar dispuesto a luchar para «reconquistar» la democracia en Brasil.
«Estoy más motivado que nunca para reconquistar la democracia de nuestro país», dijo Lula en su discurso de agradecimiento al recibir esta recompensa de parte de la alcaldesa de la ciudad, la socialista Anne Hidalgo.
El exmandatario de 74 años, que espera en libertad el resultado de un recurso contra la pena por corrupción, que considera ante todo una conspiración político-judicial, desgranó la situación que, según él, está viviendo su país desde la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro, en enero de 2019.
«Lo que está ocurriendo en Brasil es el resultado de un proceso de debilitamiento del proceso democrático, estimulado por la ganancia de unos pocos y por un desprecio mezquino a los derechos del pueblo», dijo.
El exgobernante izquierdista quiso compartir la distinción con la expresidenta Dilma Rousseff y el excandidato a la presidencia del Partido de los Trabajadores (PT) en 2018, Fernando Haddad, presentes en la ceremonia.
Pero también quiso que este título se extendiera «a las mujeres y los hombres que defienden la democracia y los derechos, a las brasileñas y los brasileños que luchan por un mundo mejor».
La categoría de ciudadano de honor de París se otorga a personas cuya trayectoria ha estado marcada por la defensa de los derechos humanos. Es una distinción para «ayudarlos en su combate», recalcó Hidalgo.
El expresidente sudafricano Nelson Mandela o el actual dálai lama figuran entre los que han sido recompensados. En 2011, también lo fue el conocido líder indígena brasileño Raoni Metuktire.
Durante la ceremonia, Lula destacó el privilegio que suponía recibir esta distinción en París, «símbolo perpetuo de los derechos humanos y de la tradición de solidaridad con los que son perseguidos».
En la capital francesa, primera etapa de una gira europea que lo llevará a Suiza y Alemania, el exmandatario recibió el arropo de varios dirigentes políticos, entre ellos el expresidente francés François Hollande o el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon.