El show debe continuar: Chanel retomó el martes en París sus llamativas puestas en escena, recreando en su desfile el célebre letrero gigantesco de Hollywood con el nombre de la firma, una forma de celebrar su relación con el cine y las actrices que viste desde hace casi un siglo.
En la última jornada de la Semana de la Moda «figital», que combinó los pases físicos con los digitales, la firma francesa se plegó a las medidas sanitarias que impone la epidemia del covid-19:
- –público reducido, porte de mascarilla, evento breve–, pero no renunció a dar visualmente la campanada, como tenía por costumbre el diseñador Karl Lagerlfeld, fallecido en febrero de 2019.
Bajo el imponente techo de vidrio del museo Grand Palais, las letras de Chanel, de varios metros de altura, brillaron con bombillas encendidas, en una alusión al panel de Hollywood.
A sus pies, las modelos presentaron una colección de prêt-à-porter con guiños a las actrices que la fundadora de la firma, Coco Chanel, empezó a vestir en los años 1930, dentro y fuera de la pantalla.
«Pensé en las actrices en el momento del ‘photo call’, sobre la alfombra roja, cuando los fotógrafos las conminan a mirar a la cámara», explicó la directora artística de Chanel, Virginie Viard. Por ello, las modelos desfilan de forma atípica, se paran ante el público, se mueven de un lado a otro, sonríen.
Esta colección, que pretende ser «alegre, colorida y viva» se inspira en «las musas de la firma», añadió la diseñadora francesa, recordando que tanto Gabrielle Chanel como Lagerfeld contaron entre sus clientas con muchas divas del cine, desde Greta Garbo y Katherine Hepburn hasta Keira Knightley y Margot Robbie.
Curvas
Como el resto de firmas que decidieron desfilar durante esta Semana de la Moda, Chanel restringió drásticamente el número de asistentes. También faltaron las actrices, influencers y otras celebridades que suelen viajar a París para este evento clave de la industria de la moda, así como las modelos con las que trabaja la casa habitualmente, como las hermanas Gigi y Bella Hadid y Kaia Gerber.
Sí participó Jill Kortleve, una modelo de 26 años nacida en Holanda que se está abriendo paso en las pasarelas reivindicando sus curvas, con el fin de promover un cambio en la moda.
Kortleve desfiló con un top «bandeau» negro y un «jean» rosa flúo, un conjunto moderno rematado por un velo plisado sobre los hombros y un fino cinturón del que cuelga un minibolso.
La colección para la próxima primavera-verano juega esencialmente con tres colores: blanco, negro y rosa.
Junto a trajes de tweed crudos y negros, destacan los vestidos fluidos y las camisetas impresas con las letras de Chanel, como si fueran neones, así como las prendas asimétricas o bimateriales.
Una falda negra luce en letras blancas el nombre de Gabrielle Chanel, protagonista actualmente de una primera retrospectiva en París que rinde homenaje a los códigos que la diseñadora importó a la moda femenina: libertad, elegancia, naturalidad y confort.
Chanel remató la presentación de su colección con un conjunto de videos colgados en su cuenta de Instagram en que cuatro modelos, incluida la argentina Mica Argañaraz, interpretan situaciones recurrentes en el cine, según Chanel: al teléfono, mirando por la ventana, sentadas sobre una cama y caminando por la calle. Tres horas después de su publicación, las imágenes contaban con decenas de miles de visualizaciones.
Los zuecos de Louis Vuitton
Por su parte, Louis Vuitton abrió su desfile con un llamamiento a votar, con la palabra «VOTE» estampada en un suéter, una alusión a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.
Pero sobre todo el director artístico de la firma, Nicolas Ghesquière, presentó una colección femenina de prendas unisex, con un «corte susceptible de disolver lo femenino y lo masculino», en un intento de derribar las «últimas fronteras» de género, indicó en un comunicado.
Los detalles de su propuesta primaveral no pasaron desapercibidos, especialmente los zuecos con talones y los anillos con forma de hebilla.
El desfile de Louis Vuitton puso fin a la Semana de la Moda, la primera «figital» de la historia. La próxima, de ropa masculina, está prevista en enero de 2021 y por ahora es imposible anticipar si la situación sanitaria permitirá retomar con normalidad los desfiles físicos.