Las cadenas de supermercados tailandesas pusieron fin desde el 1 de enero a la distribución gratuita de bolsas de plástico a las cajas, decisión que los defensores del medio ambiente califican de solución temporal a la «crisis del plástico» en el país.
Cada tailandés utiliza todos los días no menos de ocho recipientes plásticos de un solo uso, que van desde la bolsa del supermercado hasta el vaso de café, pasando por los envases de la comida para llevar, y todos terminan en alcantarillas y vertederos.
Este uso intensivo del plástico hace de este país el sexto contribuyente mundial a la contaminación de los océanos.
El verano pasado, la muerte de un bebé dugongo -un animal marino en peligro de extinción- fue noticia y comenzó a hacer reflexionar a los tailandeses sobre su consumo. Se encontraron residuos plásticos en su estómago.
Los omnipresentes supermercados 7-Eleven y los principales operadores de centros comerciales, como Central Group y Mall Group, abrieron la década con el compromiso de dejar de proporcionar bolsas de plástico gratuitas a los clientes. En su lugar, estos comercios ofrecen, por unos céntimos, bolsas tejidas reutilizables.
Para Greenpeace es un buen comienzo, pero no resuelve la cuestión de la gestión de residuos. «Prohibir las bolsas de plástico no es suficiente para resolver la crisis del plástico en el país», explica Pichmol Rugrod, de Greenpeace Tailandia. «Lo que hay que hacer es poner fin a la cultura del desechable», declaró el jueves a la AFP.
Además, las bolsas de tela no son totalmente inocuas para el medio ambiente, ya que los microplásticos también están presentes en su fabricación para hacerlas más resistentes. «Estos microplásticos crean otro problema ya que cuando se desechan, los productos químicos que contienen acaban depositándose en los suelos», añadió.
El gobierno tailandés se comprometió en prohibir la utilización de bolsas de un solo uso para 2022.
Por su parte, los canales de televisión comenzaron a «censurar» las bolsas de plástico en la pantalla, borrando sus imágenes, como lo hacen con la desnudez, los cigarrillos, el alcohol o las escenas violentas