El G7 de Biarritz fue la cumbre de los invitados sorpresa: la Amazonía, que se convirtió en una de las protagonistas a último minuto y un ministro iraní, invitado en total discreción. A continuación, algunos de los momentos clave de esta cita internacional:
La emergencia en la Amazonía
El jueves a las 21H00 (19H00 GMT), dos días antes del inicio del G7, Emmanuel Macron modificó con un tuit la agenda. «Nuestra casa está en llamas. Literalmente. Es una crisis internacional. Miembros del G7, nos vemos en dos días para hablar de esta emergencia», escribió. Apagar los incendios que asolan la Amazonía se convirtieron en una prioridad de la cumbre y una prueba de su eficacia. Al cierre del foro en Biarritz (suroeste de Francia), el G7 decidió desbloquear fondos para enviar aviones bombarderos para ayudar a sofocar las llamas y anunció un plan para reforestar.
Un almuerzo para romper el hielo
El sábado al mediodía, antes del inicio oficial de la cumbre, el presidente Emmanuel Macron invitó a su homólogo estadounidense, Donald Trump, a almorzar, en un encuentro para romper el hielo que no estaba previsto en la agenda. Los dos hombres hablaron durante dos horas para limar asperezas en varias cuestiones. La cita dio frutos: los dos mandatarios se pusieron de acuerdo sobre el impuesto francés a los gigantes de internet y sobre todo sobre Irán. Ambos dirigentes acordaron juntos un encuentro entre Trump y el presidente iraní, Hasan Rohani, que podría tener lugar «en las próximas semanas».
Primer encuentro Trump-Johnson
Uno de los momentos estelares de la cumbre fue el encuentro el domingo por la mañana entre Trump y el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, en el que exhibieron su complicidad. El inquilino de la Casa Blanca le respaldó en su pulso con los europeos por el Brexit y le prometió un «gran acuerdo comercial».
Una visita sorpresa
¡Sorpresa! Invitado por Emmanuel Macron, el jefe de la diplomacia iraní aterrizó en Biarritz y se entrevistó con su homólogo francés. Donald Trump, que fue informado, dio su acuerdo. Macron dio así un golpe de efecto y allanó el camino para un encuentro Trump-Rohani. Mostró también que era posible negociar con Irán.
Un Trump irreconocible
El presidente estadounidense aceptó la visita del canciller iraní, se unió a la iniciativa a favor de la Amazonía, aceptó el proyecto de acuerdo con Irán propuesto por Macron y no descartó la idea de reunirse en unas semanas con el presidente Hasan Rohani. Globalmente no se salió de las líneas, él que el año pasado, una hora antes del cierre de la cumbre, se negó a firmó el comunicado final del foro.
Sin foto de los 7
La tradicional foto de los siete líderes no tuvo lugar. La foto oficial del G7 reunió este año a 17 líderes y 7 dirigentes de organizaciones internacionales. La imagen pretendía demostrar la apertura del grupo. Por otra parte, sólo una mujer figura en la foto, la canciller alemana Angela Merkel, lo que desentona con uno de los temas oficiales de la cumbre: la igualdad de género. La foto, a la que se unieron después las esposas de los dirigentes, enfundadas en coloridos vestidos, acentúo aún más este desequilibrio.
Biarritz atrincherada
La presencia masiva de policías en Biarritz y en las ciudades circundantes sofocó cualquier intento de protestas violentas, pero también disuadió a los opositores de organizar acciones pacíficas el domingo para cerrar su contracumbre. Tras una gran marcha entre Hendaya (Francia) e Irún (España), los opositores cancelaron los siete «mítines» simultáneos previstos para «rodear» simbólicamente al G7.