Los republicanos planean destituir a la congresista Liz Cheney, que representa al estado de Wyoming en la Cámara de Representantes, de su puesto como presidenta de la Conferencia Republicana, el tercero en nivel de importancia de la formación dentro de la Cámara Baja, por el rechazo público que ha mostrado contra el expresidente Donald Trump y sus teorías de la conspiración.
Cheney, quien en febrero ya fue reprobada por la delegación de Wyoming, no sólo no ha rechazado las acusaciones infundadas de que Trump había sido víctima de un gran robo electoral, sino que además fue uno de los diez republicanos de la Cámara de Representantes que votó a favor de iniciar un segundo juicio político contra él, en esta ocasión por su responsabilidad en la toma del Capitolio en enero.
«Las elecciones presidenciales de 2020 no han sido un robo. Quien afirme que así fue, está difundiendo una gran mentira, dando la espalda al Estado de derecho y envenenando nuestro sistema democrático», escribió recientemente la hija del exvicepresidente Dick Cheney en su cuenta de Twitter.
Huérfano
El Partido Republicano, huérfano de liderato tras la salida de Trump, ha estado maniobrando para relegar a un segundo plano a Cheney, con el argumento de la necesidad de permanecer unidos frente a la «agenda socialista liberal» de los demócratas, y con vistas a la vuelta del expresidente, quien se estaría encargando de purgar a todos aquellos que no le apoyaron durante el ‘impeachment’.
El líder de la minoría republicana de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha insistido en estas teorías y ya ha confirmado que apoyará a la congresista Elise Stefanik para reemplazar a Cheney en la reunión que la formación mantendrá previsiblemente este miércoles.
«Necesitamos estar unidos y eso comienza con el liderazgo. Es por eso que tendremos una votación la próxima semana y queremos estar unidos para avanzar», adelantó McCarthy el domingo durante una entrevista para la cadena Fox, en la que dijo que en el partido no se está descontento con Cheney por su oposición a Trump, sino por no estar siendo una «voz fuerte» de la formación en la Cámara.
Stefanik, quien hace seis años fue la mujer más joven en ser elegida para formar parte del Congreso, se ha convertido en los últimos tiempos en un valor en alza dentro del partido y se ha mostrado como una defensora de la retórica de Trump y sus teorías de que se produjo un fraude electoral en las pasadas presidenciales.
From the desk of Donald J. Trump
El expresidente de Estados Unidos ya pidió la semana pasada desde su nueva tribuna, ‘From the desk of Donald J. Trump’, la destitución de Cheney, a quien calificó como «una tonta belicista que no tiene nada que ver con el liderazgo del Partido Republicano».
«Queremos líderes que crean en el movimiento ‘Make America Great Again’ y que den prioridad a los valores de América Primero. Elise Stefanik es una opción muy superior y tiene mi completo y total respaldo para presidenta de la Conferencia Republicana. ¡Elise es una comunicadora dura e inteligente!», escribió.
Cheney se está quedando sin los pocos apoyos que le quedaban dentro del partido, al menos de cara a la opinión pública. El último que parece haber abandonado el barco es el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien tras respaldarla ahora apunta que «el cien por cien» de sus esfuerzos están destinados a «detener la nueva Administración» de Joe Biden.
De momento, solo otros dos conocidos detractores de Trump, el senador Mitt Romney y el representante Adam Kinzinger le han mostrado su apoyo a través de las redes sociales.