Miembros del vestuario desmontan al técnico.
El vestuario del City anda revuelto. Tras el partido contra el Barcelona la euforia se apodero de los jugadores ‘citizen’. Le habían dado la vuelta al encuentro, le habían metido tres al Barça y habían vengado el partido de ida. Todo era alegría hasta que al término del duelo, ya en un céntrico restaurante de Manchester, se escucharon las palabras de Guardiola sobre “No aspiramos al liderato” o “El Barça es el mejor”. O los comentarios sobre el cambio táctico y el uso del contragolpe.
En ese restaurante de acento español, los jugadores se subieron por la paredes tachando a Pep Guardiola de oportunista, porque, según los presentes, el contragolpe ni se había ensayado ni preparado, fue algo hablado entre unos cuantos en la media parte y que surgió sin más.
En este sentido, los mismos jugadores decían: “Manda huevos que le sacamos las castañas del fuego y parece que ha inventado el contragolpe” Otro de los comensales dijo: “Me lo dijeron en la selección, sólo quiere ser bien visto en el Barça y Catalunya, nos usará como les usó a ellos para dar una imagen de genialidad y a la que pueda nos dejará tirados como colillas quedando el como un genio”.