Osaka, Japón
Desde la atracción mutua entre Donald Trump y Jair Bolsonaro, que se reunieron por primera vez, hasta los comunicados que nadie lee (según Jean-Claude Juncker) o los invitados sorpresa en una rueda de prensa, estas son las frases y los momentos que marcaron la cumbre del G20 en Osaka.
¡Hello Kim!
Con un tuit a primera hora de la mañana, Donald Trump sorprendió al mundo al invitar al líder norcoreano Kim Jong Un a una reunión improvisada en la frontera entre las dos Coreas (la llamada Zona Desmilitarizada), aprovechando que estaré en Seúl la semana que viene
«Si el presidente Kim de Corea del Norte ve esto, me gustaría reunirme con él en la frontera para darle la mano y decirle hola (?)!», escribió. «Se me ocurrió esta mañana», admitió un poco más tarde.
Los comunicados que nadie lee
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, se atrevió a decir una verdad que muchos políticos (y también periodistas) no se atreven a admitir, a saber, los comunicados que nadie lee.
Para dar un ejemplo, la declaración final de la cumbre son 12 páginas de un lenguaje denso que habla de tensiones comerciales, criptomonedas, cambio climático o promoción de las mujeres.
«Por una vez aproveché el jetlag para leer un comunicado, lo que normalmente no hago. No soy el único en esta sala que no lee los comunicados» dijo Juncker en una sala llena de periodistas que rieron a carcajadas.
Los invitados sorpresa
Iba a ser una rueda de prensa como tantas otras en la que el presidente argentino Mauricio Macri y Jean Claude Juncker iban a explicar el acuerdo comercial alcanzado tras años de negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur.
Pero de pronto, ante la sorpresa de los periodistas, ambos aparecieron acompañados del presidente francés Emmanuel Macron, de la canciller alemana Angela Merkel, del presidente brasileño Jair Bolsonaro o de la británica Theresa May, entre otros, una serie de estrellas invitadas que nadie esperaba.
Una presencia destinada a marcar solemnemente este acuerdo. Algunos, como Macron, no pudieron ocultar una sonrisa ante el efecto «sorpresa» que desató una oleada de flashes.
Trump y sus amigos
Trump tiene una gran capacidad para hacer «amigos» o así llama a muchos de sus interlocutores, como el príncipe heredero saudita Mohamed Bin Salmán o Vladimir Putin.
Tampoco duda en hacer grandes elogios a personas que poco antes ha descalificado, como a Angela Merkel, a quíen dijo que era una «mujer fantástica» en una reunión bilateral en Osaka a pesar de que días antes la había tratado de «morosa» por no pagar suficiente a la OTAN.
Pero sin duda la historia de amor la protagonizaron Trump y el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que se vieron las caras por primera vez en Japón.
«Un hombre especial», según Trump «muy querido por el pueblo brasileño». A lo que el Bolsonaro respondió confesando que era un «gran admirador suyo desde hace tiempo, incluso antes de su elección».
Líneas de colores
Las «líneas rojas» se han convertido en una de las expresiones favoritas de los grandes de este mundo, que la usan para decir hasta donde pueden llegar en una negociación.
Es el caso del francés Emmanuel Macron, entre muchos otros, que aseguró que no firmaría la declaración final de la cumbre si se rebasaba su «línea roja», a saber «la ambición climática».
Por suerte no todo el mundo es tan estricto y Jean-Claude Juncker, con su perspicacia habitual, aseguró que «mis líneas no tienen color».