Los diamantes de la corona francesa brillan en todo su esplendor en el museo del Louvre, en tres nuevas vitrinas de la galería de Apolo, restaurada tras 10 meses de obras.
Esta renovación de la sala y la instalación de las nuevas vitrinas, realizados con la contribución del mecenazgo de la Maison Cartier, ofrecen una visión completa e histórica de la colección de joyas del museo más visitado del mundo.
De la corona de Luis XV al famoso diamante «el Regente» de 140 quilates, a la diadema de la duquesa de Angulema, sobrina de Luis XVIII, a la corona de la emperatriz Eugenia: todo refleja la pasión de los monarcas (especialmente Luis XIV) para coleccionar gemas y hacer crear joyas de orfebrería.
Desde los años 1990, el museo fue aumentando su colección, lo que hizo que estas joyas y piedras preciosas tuvieran que ser expuestas, además de en una vitrina de la galería de Apolo, en una sala del ala de Richelieu.
Pero la falta de espacio impedía que algunos de estos objetos no pudieran ser expuestos.
En la galería de Apolo, de 60 m de largo, se presentó la colección inicial, fundada en 1532 por Francisco I, transmitida e incrementada de reinado en reinado. En la Tercera República, en 1887, fue sin embargo vendida casi en su totalidad. Algunas piezas dispersadas fueron adquiridas de nuevo, pero la mayoría nunca más fueron localizadas.
Los muros de la galería, decorados por Le Brun, Delacroix, Girardon y otros, también fueron objeto de renovación, así como la iluminación del espacio.
En total, 41 pinturas, 118 escultura y 28 tapices ornan la galería de Apolo.