La multitud de aspirantes demócratas a la investidura de su partido para las presidenciales estadounidenses de noviembre se lanzaron en campaña este sábado en el pequeño estado rural de Iowa, donde a dos días de la primera votación en las primarias, el suspenso no decae.
Tres de los principales candidatos del partido, todos senadores, pudieron abandonar el Congreso tras la suspensión de las audiencias del juicio de Donald Trump hasta el lunes: el socialista Bernie Sanders, favorito en los sondeos de Iowa, la progresista Elizabeth Warren y la moderada Amy Klobuchar.
El presidente estadounidense será absuelto probablemente el miércoles en el Senado de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso, una victoria importante para el mandatario, que espera lograr un segundo mandato de cuatro años.
Al impedir que hicieran campaña tres de los favoritos, el juicio de Trump provocó una situación inédita en Iowa, un estado crucial en las primarias por ser el primero donde se vota. Un buen resultado aquí puede impulsar a un candidato hacia nuevas victorias en los estados que votarán justo después. Un fracaso puede significar el final de la carrera por la investidura.
Ocho candidatos hicieron campaña este sábado en el estado, donde algunos de ellos tenían previsto celebrar dos o tres mítines durante la jornada.
A sus 78 años, Sanders goza de un gran apoyo en Iowa, donde muchos jóvenes lo apoyan. Su equipo organizó conciertos de apoyo este fin de semana con grupos como Vampire Weekend y Bon Iver.
«Debemos derrotar y derrotaremos al presidente más peligroso de la historia moderna de este país», dijo el sábado en un campus de Indianola, llamando a Donald Trump «racista, sexista, homofóbico y xenófobo».
«Una mujer en la Casa Blanca»
Compartiendo con Sanders el ala izquierda del electorado, la senadora progresista Elizabeth Warren llegó al gimnasio de una escuela secundaria de la ciudad de Iowa con su canción de campaña, el himno de las mujeres trabajadoras: «9 a 5» de Dolly Parton.
Frente a unas 900 personas, llamó a «la unión para vencer a Donald Trump». «Es hora de tener una mujer en la Casa Blanca», cantaba la multitud antes de que llegara la candidata.
Una voluntaria de su campaña, Ayana Elizabeth Johnson, había llegado un día antes desde Nueva York.
A pesar de sus llamados a la unión en las filas demócratas, la senadora no dudó en soltar, frente a los periodistas, una flecha que apuntaba al multimillonario Michael Bloomberg.
El exalcalde de Nueva York llegó tarde a la campaña y no está en la boleta de Iowa. Pero eso no le impide que pronto pueda participar por primera vez en un debate demócrata.
«Vivimos hoy en un Estados Unidos en el que un millonario puede decidir ignorar los primeros cuatro estados» pero puede «comprarse un asiento en el foro de debate», se lamentó.
Esperar una sorpresa
En todo Iowa, miles de voluntarios trabajan para convencer a los transeúntes y vecinos de que voten por su candidato. Casi la mitad de los votantes demócratas de Iowa seguían indecisos esta semana.
El lunes a las 19H00 (01H00 GMT del martes), cerca de 600.000 habitantes afiliados al partido demócrata podrán acudir a unas 1.700 salas -escuelas, antiguos teatros, iglesias- para mostrar públicamente su apoyo agrupándose con las demás personas que respaldan a su candidato.
Hay una cosa que los une: todos quieren vencer a Donald Trump en noviembre.
Es el argumento número uno del exvicepresidente Joe Biden.
«Necesitamos un presidente que esté listo desde el primer día», dijo el veterano político de 77 años, que encabeza las encuestas a nivel nacional, pero que está detrás de Bernie Sanders en este estado.
En Iowa los habitantes se toman en serio su papel de primeros electores en las primarias y no dudan en interrogar a los candidatos en pequeños grupos.
Al igual que Biden, Pete Buttigieg, de 38 años, tuvo muchos encuentros con los ciudadanos de Iowa. El exalcalde de South Bend, en Indiana, se ha presentado como la opción joven frente a Biden y ha insinuado que Sanders divide demasiado al electorado.
Pat Carr, un educador jubilado de 69 años, acudió a Clinton, una pequeña ciudad a orillas del Misisipi, para escuchar a Buttigieg, un exmilitar y el primer candidato abiertamente homosexual en tener posibilidades de ganar la investidura demócrata.
Y le convenció la voluntad de Buttigieg de buscar compromisos. «Pete me parece más capaz de unirnos que los demás», aseguró.
Buttigieg no es la única cara nueva revelada por la campaña. La senadora Amy Klobuchar, 59 años, hasta hace poco una cara desconocida, ha ido subiendo poco a poco en las intenciones de voto. Espera una sorpresa para el lunes.