Río de Janeiro, Brasil
Una vez definidos el lunes los choques de cuartos de final de la Copa América-2019, los ocho equipos que siguen en carrera comenzaron a preparar esos duelos con el mismo objetivo: seguir adelante en el torneo hasta alcanzar el preciado título.
Con la llegada de las selecciones supervivientes del Grupo C (Uruguay y Chile) y de Paraguay, clasificada para los cuartos gracias al empate entre Japón y Ecuador, a las ciudades en las que disputarán las próximas eliminatorias, los ocho equipos ya se encuentran repartidos en las urbes en las que se jugarán los pases a semifinales: Porto Alegre, Rio de Janeiro, Salvador y Sao Paulo.
La anfitriona Brasil ya se entrenó por primera vez en las instalaciones del Gremio y si hubo un brasileño que se sintió como en casa fue Everton, el escurridizo extremo ídolo de la hinchada del ‘tricolor gaúcho’ que se está convirtiendo, gracias a sus actuaciones, en el niño mimado de la exigente ‘torcida’.
El Arena do Gremio «es un estadio que ya conozco, he pasado años de mi vida allí, con seguridad la ‘torcida’ nos va a apoyar», destacó el ‘Cebolinha’ en los canales de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
«He visto que las entradas se están agotando y vamos a tener el apoyo de nuestra hinchada», añadió Everton con la esperanza de que se agoten las 56.000 entradas del estadio para apoyar el jueves a los locales frente a Paraguay (a partir de las 00h30 del viernes).
Dos precedentes a favor de los guaraníes
Pese a perder peso en el fútbol sudamericano en la última década, Paraguay se presenta al partido de cuartos sin ninguna presión, con la tranquilidad que le da saber que todas las miradas estarán puestas en la Verdeamarela.
Y los guaraníes recuerdan que en las ediciones de Argentina-2011 y Chile-2015 eliminaron a los brasileños, en ambas ocasiones en los cuartos de final y por penales.
Derlis González y Miguel Almirón aparecen como las mayores amenazas de un cuadro dirigido por Eduardo Berizzo que no parece contar con elementos como para plantar cara a una Canarinha envalentonada tras el 5-0 a Perú en la tercera fecha del Grupo A.
«Paraguay tiene equipo y fútbol para seguir en el torneo», espetó confiado el ‘Toto’ pese a cerrar una primera fase con dos empates y una derrota.
A Brasil no sólo parece importarle el rival, sino también el gramado, después de las críticas del seleccionador argentino, Lionel Scaloni, o del astro Leo Messi tras derrotar en el estadio del Gremio a Catar (2-0).
Esa fue la única victoria de una Albiceleste a la que sin la presión de no quedarse en la fase de grupos, quiere ahora aspirar a todo: «Empieza otra copa», amenazó el ’10’ tras lograr el pase.
Scaloni prepara en secreto el partido contra Venezuela. El martes se entrenó en el predio de Fluminense, una sesión cerrada a cal y canto, como suele ser habitual en los argentinos. Sin ningún jugador compareciendo ante la prensa, no sea que se den pistas al rival.
Hasta hace poco, el duelo entre la bicampeona mundial y la que se consideraba la Cenicienta del continente no habría dejado lugar a dudas respecto a un triunfo argentino, pero la Albiceleste ha perdido pedigrí en los últimos años, mientras una talentosa generación de futbolistas, dirigida por Rafael Dudamel, ha puesto a la Vinotinto en el mapa del fútbol.
Sin ir más lejos, el pasado mes de marzo Venezuela aguó el regreso de Messi a la selección tras unos partidos de ausencia con una inapelable victoria por 3-1 en un amistoso disputado en Madrid.
Cuatro horas después del duelo en el Maracaná de Rio entre venezolanos y argentinos, saltarán a la cancha del Arena Corinthians, en Sao Paulo, los equipos de Colombia y Chile, en la que a priori aparenta ser la eliminatoria más dura de las cuatro.
Ospina vuelve al arco
Tras una impecable primera fase con un pleno de 9 puntos y sin encajar un sólo gol, a la nueva Colombia entrenada por el portugués Carlos Queiroz le llega el momento de demostrar sus argumentos para encaramarse definitivamente al tren de cabeza del fútbol sudamericano.
Los colombianos volverán a contar con su ángel guardián David Ospina, una vez que el arquero del Nápoles regresó de la visita de urgencia que tuvo que hacer a su país por el empeoramiento del estado de salud de su padre, enfermo desde hace unos meses.
Chile se condeno a enfrentarse contra el mejor equipo de la primera fase al reservar a varios de sus titulares en el tercer partido contra Uruguay, una vez tenía la clasificación en el bolsillo, pero no la primera plaza, que fue para los celestes gracias a un gol de Edinson Cavani.
El viernes se verá si la apuesta de Reinaldo Rueda fue acertada o por el contrario un error fatal en el camino hacia el tricampeonato.
Para el sábado quedará el último choque, entre Uruguay y Perú, que llegan al partido con sensaciones opuestas: el equipo con más títulos continentales aparece como unos de los grandes favoritos a la corona, gracias sobre todo a su pegada con Cavani y Luis Suárez, mientra que los incas llegan tras perder 5-0 contra Brasil y con críticas al trabajo realizado por el técnico Ricardo Gareca.