Los combates continúan en Karabaj, pese a los reiterados llamados a una tregua

Armenios y azerbaiyanos se mostraron decididos este martes a continuar sus combates en la región separatista de Nagorno Karabaj, pese a los llamados a una tregua y el alto precio que están pagando los civiles en estos diez días de enfrentamientos.

Haciendo oídos sordos a la comunidad internacional, el jefe de la diplomacia turca, Mevlut Cavusoglu, de visita este martes en Bakú, pidió que se apoye a Azerbaiyán. Según él, «el mundo debe estar del lado de los que están en su derecho».

Esta visita se produce un día después de que Francia, Rusia y Estados Unidos, mediadores en este conflicto desde los años 90, instaran en un comunicado conjunto a un «cese de fuego inmediato y sin condiciones» en Karabaj y al inicio de las negociaciones frente a esta «escalada de violencia inédita y peligrosa».

Si este conflicto en Karabaj da cabida a otros actores, las consecuencias podrían ser imprevisibles ya que esta región del Cáucaso concentra los intereses de varias potencias como Rusia, Turquía, Irán y varios países occidentales.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exhortó a Ankara a «utilizar su influencia para calmar las tensiones»

El lunes, el presidente ruso, Vladimir Putin, pidió el lunes un cese «inmediato» de los combates, durante una conversación con el dirigente armenio. Aunque Rusia mantiene buenas relaciones con los países enfrentados, se siente más cercana a Armenia, que forma parte de una alianza militar dominada por Moscú.

Desde el domingo, los dos bandos se han acusado de haber multiplicado los bombardeos en las zonas urbanas habitadas, especialmente en la capital de los secesionistas, Stepanakert, y la segunda ciudad de Azerbaiyán, Ganyá.

Diez días de combates

Este martes por la mañana, un periodista de la AFP comprobó que la calma reinaba en Stepanakert tras una noche relativamente tranquila. Aprovechando que no había ataques, los habitantes salieron de sus casas para poder comprar comida y otros quisieron ver los daños sufridos en la ciudad tras los bombardeos de los últimos dos días.

La portavoz del ejército armenio dijo que 21 milicianos de Karabaj habían muerto en las últimas horas, sin dar más detalles.

El ministerio azerbaiyano de Defensa afirmó el martes que había causado «graves pérdidas humanas y de material militar» al adversario, afirmando que «las tropas armenias se vieron forzadas a retirarse».

Por su parte, el presidente de la república autoproclamada de Karabaj, Arayik Harutyunian, declaró que su ejército «cumplía con éxito sus labores» y que «todo estaba bajo control».

Pero en el décimo día de combates, ningún bando parecía haber aventajado al otro de forma significativa.

Nagorno Karabaj es un territorio azerbaiyano poblado mayoritariamente por armenios que proclamó su independencia en 1991, lo cual provocó una cruenta guerra que se saldó con 30,000 muertos.

AFP / Aris Messinis Un gran cráter causado por la explosión de un proyectil en Stepanakert, la principal ciudad de la región de Nagorno Karabaj, el 6 de octubre de 2020.

Los enfrentamientos que estallaron el 27 de septiembre han desatado una de las crisis más graves, si no la más grave, desde el alto el fuego de 1994.

El presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, cuyo país rico en petróleo ha hecho grandes inversiones en armamento moderno, prometió recuperar Karabaj y descartó cualquier tregua sin la retirada militar armenia de la región, y sin las «disculpas» del primer ministro armenio, Nikol Pashinyan. En un nuevo ataque verbal, calificó a sus adversarios de «perros».

Amnistía denuncia uso de bombas de racimo

En estos diez días de combates, el balance de 286 muertos sigue siendo muy parcial, puesto que Bakú no anunció pérdidas militares, y entre los civiles, dio cuenta de 46 decesos. Karabaj informó de 240 militares y 19 civiles muertos.

AFP / Aris Messinis Varias personas mayores refugiadas en un sótano de Stepanakert, la principal ciudad de la región de Nagorno Karabaj, el 6 de octubre de 2020.

Los dos bandos afirman sin embargo haber matado a entre 2.000 y 3.500 soldados enemigos.

Amnistía Internacional emitió este martes un comunicado en el que denuncia la utilización de bombas de racimo, presumiblemente por fuerzas azerbaiyanas, contra zonas residenciales de Stepanakert.

La ONG corroboró que se trataba de munición M095 DPICM de fabricación israelí y recordó que el uso de este tipo de armas está prohibido desde 2010 por una convención internacional.

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