A las 8:00 a.m. se inició la jornada electoral que permitirá a los colombianos elegir el remplazo del presidente Iván Duque para el período 2022-2026, en medio de un descontento con el status quo, y el aumento de la desigualdad, la inflación, la violencia.
Aunque de seis candidatos los representantes de izquierda y derecha son los favoritos, abundan la zozobra, la indecisión y la expectativa entre quienes piden acabar con la corrupción, superar la crisis económica endurecida por la pandemia, la pobreza y la inseguridad en un país polarizado.
Para estas elecciones hay un total de 39.725.757 colombianos habilitados para votar. En los 32 departamentos de Colombia podrán sufragar 38.817.191 personas y en el exterior lo podrán hacer 908.566 ciudadanos en 67 países.
Más de 160.000 miembros de las fuerzas armadas de Colombia vigilarán los comicios, señaló el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro. El registrador nacional, Alexander Vega, aseguró que se postularon 160.000 testigos electorales de distintas agrupaciones políticas.
Uno de los seis candidatos tendría que obtener el 50% de los votos para ganar en primera ronda. Si nadie consigue más de la mitad de las boletas, se celebrará una segunda vuelta entre los dos que reciban más votos.
Uno de los candidatos es el exguerrillero Gustavo Petro, que va a la cabeza en los sondeos. Este es su tercer intento de presidir el país suramericano. En 2018 fue derrotado por Duque, que no puede optar a la reelección.
Estas son las segundas elecciones presidenciales desde que el gobierno firmó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero el divisivo acuerdo no fue un tema clave de la campaña, centrada en cuestiones como la pobreza y la corrupción.
Su victoria podría introducir una nueva era política en un país que siempre ha estado gobernado por conservadores o moderados y que marginaba a la izquierda debido a la asociación percibida con el conflicto armado del país. Petro formó parte del ya desaparecido movimiento rebelde M-19 y obtuvo una amnistía tras pasar por prisión por su participación en el grupo.
Petro ha prometido ajustes significativos en la economía, como una reforma fiscal, además de cambios en la lucha de Colombia contra los cárteles del narcotráfico y otros grupos armados.
Su mayor rival durante buena parte de la campaña ha sido Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los partidos tradicionales de Colombia y basó su campaña en una política de apoyo al sector empresarial para impulsar la economía.
Gutiérrez ha prometido combatir el hambre ampliando subsidios y alianzas público-privadas de modo que 10 toneladas de comida que se desperdician cada año se destinen a los más pobres.
Un sondeo de Gallup realizado este mes mostraba que el 75% de los colombianos cree que el país va en mala dirección y apenas el 27% apoya a Duque. Una encuesta realizada por Gallup el año pasado concluyó que el 60% de los entrevistados tenía problemas para llegar a fin de mes.
Entre tanto, la inflación del país alcanzó su techo de dos décadas el mes pasado.
Además de los desafíos económicos, el próximo presidente de Colombia tendrá que enfrentar una compleja situación de seguridad y corrupción, una de las principales preocupaciones de los votantes.
Cruz Roja concluyó el año pasado que Colombia había alcanzado su mayor nivel de violencia en los últimos cinco años. Aunque el acuerdo de paz con las FARC se ha implementado, los territorios y rutas de narcotráfico que controlaban los guerrilleros están ahora en disputa entre otros grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional, una guerrilla fundada en la década de 1960, disidentes de las FARC y el cártel Clan del Golfo.
El sucesor de Duque tendrá que decidir si reanuda las conversaciones de paz con el ELN, que el presidente suspendió en 2019 tras un ataque con más de 20 muertos.
Consciente de las preocupaciones de los votantes, el magnate de bienes raíces Rodolfo Hernández ha convertido el tema en el centro su campaña. Hernández, exalcalde de Bucaramanga, subió de forma inesperada en las encuestas del último tramo de campaña tras prometer que limpiaría el país de corrupción y donaría su salario, entre otras medidas.
Los otros candidatos eran Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y candidato de la coalición de centro: el líder cristiano John Milton Rodríguez y el conservador Enrique Gómez.