- Donald Trump es el primer expresidente en ser acusado de cargos federales penales en la historia de EEUU. ¿De qué se le acusa, qué sigue ahora y cómo influirá este nuevo proceso en sus aspiraciones de volver a la Casa Blanca?
Voz de América
MIAMI, EEUU — Donald Trump se convirtió esta semana en el primer expresidente de Estados Unidos en ser acusado de cargos penales federales, un nuevo proceso que podría poner más retos en su carrera por recuperar la presidencia, pero no necesariamente la obstruye completamente.
El propio exmandatario anunció su acusación con un post en su red Truth Social, en el que informó que “la corrupta Administración Biden ha informado a mis abogados que he sido acusado, aparentemente por el engaño de las cajas”, en alusión a las cajas de documentos clasificados que el FBI encontró en su residencia en la Florida en agosto pasado.
De acuerdo a personas familiarizadas con el caso, Trump fue acusado de siete cargos – que no se han hecho públicos-, los cuales incluyen la retención deliberada de secretos de defensa nacional en violación a la Ley de Espionaje, un delito punible con hasta 10 años de prisión.
La nueva denuncia contra el exmandatario, el primer presidente en enfrentar dos procesos de destitución en el Congreso, tiene además la particularidad de suceder en medio de la carrera por llevarse la nominación del partido republicano en las elecciones presidenciales de 2024.
“Soy un hombre inocente, soy una persona inocente”, aseguró Trump, quien también se declaró no culpable en abril pasado tras haber sido acusado por un gran jurado en Manhattan, Nueva York, de 34 cargos estatales por mal manejo de fondos de campaña y pagos indebidos a una estrella de cine para adultos.
¿De qué se le acusa?
Además de violar las leyes federales que prohíben la retención no autorizada de “información de defensa nacional”, Trump es acusado de hacer falsas declaraciones y conspiración para la obstrucción de la justicia, según fuentes cercanas al caso.
La acusación fue presentada por la oficina del fiscal especial Jack Smith, que reunió a grandes jurados en Washington y Miami, y finalmente optó por la última para presentar los cargos.
Todo se remonta a finales de enero de 2021, al término de su mandato, cuando los documentos salieron de la Casa Blanca en cajas junto a las pertenencias personales del expresidente rumbo a Mar-a-Lago, su residencia personal en la Florida.
Trump entregó 15 cajas en enero de 2022, tras repetidos reclamos de la Administración Nacional de Archivos y Registros durante gran parte de 2021 para que les entregara el material, considerado propiedad del gobierno de acuerdo a la Ley de Registros Presidenciales.
Cuando se descubrió que las cajas contenían material clasificado, considerado altamente sensible y con evidentes marcas clasificadas, se inició una investigación por parte del Departamento de Justicia.
Esto desencadenó una búsqueda extraordinaria por agentes federales en Mar-a-Lago en agosto, la cual reveló documentos clasificados que Trump no había entregado, aún tras recibir una citación meses que le exigía devolver cualquier material sensible que aún mantuviera en su poder.
A pesar de que se ha hecho público el contenido de algunos de los papeles encontrados, aún no se sabe a ciencia cierta qué información se encuentra en el resto y la amenaza – si la hubiera- a la seguridad nacional causada por su retención.
El escándalo de los documentos clasificados también salpicó al presidente Joe Biden, que está siendo investigado en un proceso aparte por registros clasificados que se remontan a su época como vicepresidente y que fueron encontrados en una antigua oficina del mandatario en Washington y su casa en Delaware.
La defensa de Biden ha recalcado que los documentos fueron entregados a los funcionarios del gobierno tan pronto como fueron encontrados.
¿Trump será arrestado?
El expresidente anunció que fue convocado a reportarse voluntariamente a la sede de la corte del distrito de Miami el próximo martes en la tarde, porque lo que -al igual que en el proceso de Nueva York – no será arrestado.
De acuerdo al procedimiento judicial, usualmente se le toman fotos y se recogen las huellas al procesado. Durante su comparecencia en Manhattan Trump no fue fotografiado.
¿Qué sigue ahora?
El Departamento de Justicia de EEUU aún no se ha pronunciado de manera oficial, aunque se cree que el proceso transcurrirá de la misma forma que en agosto.
Trump se presentará ante un juez federal, donde se hará una lectura de cargos formal, donde se le puede pedir que se declare inocente o culpable.
Tras esto, un juez establecerá las condiciones de su liberación después de escuchar los argumentos de los los fiscales y la defensa.
Trump podría tener que comprometerse a asistir a futuros procedimientos, cumplir con restricciones de viaje o requisitos de notificación, a través de sus abogados. También se podría establecer un calendario para el proceso.
¿Podrá continuar aspirando a la Casa Blanca?
Legalmente, en EEUU existen pocas restricciones para presentar una candidatura a la presidencia del país. De acuerdo con la Constitución, un candidato elegible debe tener al menos 35 años, haber nacido en el país o uno de sus territorios y haber residido en él durante al menos 14 años.
Técnicamente entonces, Trump podría continuar con su campaña para las elecciones de 2024, en las que hasta ahora se mantiene como favorito entre los republicanos, con un 53 % de aprobación frente al 22,4 % de su competidor más cercano, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, según RealClearPolitics.
Entre las excepciones a las tres condiciones de la Constitución está el «Participar en una insurrección o rebelión», una disposición codificada en la Enmienda 14 añadida tras la Guerra Civil.
De acuerdo a The New York Times, un juez de Nuevo México inhabilitó a un comisionado del condado para ocupar el cargo en 2022, bajo argumentos de que el funcionario había participado en el ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021, un hecho por el que una Comisión Especial del Congreso señala a Trump como el principal instigador.
El fiscal especial Jack Smith, que lidera la pesquisa sobre los documentos clasificados, también investiga los esfuerzos de Trump por revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y retener el poder tras su derrota, además de su implicación en los sucesos del Capitolio, atacado por seguidores del exmandatario que buscaban detener la confirmación de Biden como presidente electo.
Los detractores del expresidente e incluso, voces dentro de su propio partido, han insistido en que Trump debería ser descalificado para ocupar nuevamente la Casa Blanca debido a su papel incitador del inédito asalto a la sede del Legislativo.
A pesar de eso, es extremadamente raro que el gobierno federal acuse a alguien de estos cargos, y varios expertos legales consultados por The New York Times y Reuters han expresado su escepticismo de que lo recogido en la Enmienda 14 pueda evitar que Trump aspire a otro mandato.
¿Qué podría significar para su campaña?
Este juicio añade dolores de cabeza a Trump, que tendrá que enfrentar el inicio de los procedimientos de su juicio en Nueva York en marzo venidero, durante las primarias de su partido.
Trump también enfrentó un juicio acusado por abuso sexual y difamación a una periodista en mayo pasado, donde fue encontrado responsable de los cargos por un jurado de una corte federal en Nueva York y ordenado a pagar 5 millones de dólares como resarcimiento.
Sin embargo, analistas consideran que el del exmandatario es un ejemplo raro, porque con cada escándalo su imagen parece fortalecerse entre su base, el ala más radical del partido republicano.
Expertos coinciden en que las distintas acusaciones a Trump podrían tener tanto un efecto positivo como negativo.
Entre el positivo está una mayor exposición mediática. Asesores del expresidente han asegurado que las polémicas y los dramas legales le permiten a Trump volver al centro de atención como la figura dominante de su partido.
En la parte negativa, podría perder aún más su apelativo hacia los moderados y centristas republicanos, que ya hablan de «fatiga» cuando se refieren al exmandatario; y alienar aún más a la izquierda y los independientes.
Colaboradores de Trump también han reconocido que es muy difícil armar una defensa legal a la par de una campaña presidencial, porque ambos equipos funcionan de manera individual y no siempre actúan de conjunto.
A esto se une lo imprevisible del carácter de Trump, que muchas veces no sigue los consejos de sus abogados o sus directores de campaña.
Trump ha calificado repetidamente a los procesos en su contra como «cacería de brujas» y de tener motivos políticos, como hizo en su mensaje anunciando su acusación más reciente, en acusaciones hacia la administración Biden, su principal oponente demócrata.