EL PAÍS NO HA TENIDO RUMBO A LO LARGO DE LOS AÑOS…
Análisis Crónica
En 1986 el país inició una nueva era democrática con el presidente Vinicio Cerezo, desde entonces, 10 gobernantes han pasado por el Palacio Nacional, pero los problemas de fondo no han cambiado demasiado. En unos aspectos se avanza lentamente, pero sin solución, mientras que otros se han agudizado.
Los gobernantes electos, Alejandro Giammattei y Guillermo Castillo, recibirán un país complicado, con enormes desafíos por delante, principalmente aquellos que agobian a la mayoría de la población.
En aquel lejano año –se cumplirán 34 años el 14 de enero de 2020–, Guatemala competía con Haití y Honduras por los peores índices de desarrollo humano medidos por el PNUD. La situación no ha variado y seguimos siendo un país de grandes desigualdades, en donde la pobreza y pobreza extrema terminan por abrumar a más de la mitad de la población y una vergüenza en muchos aspectos.
Veremos a continuación un breve repaso de los 7desafíos gigantes que el binomio Giammattei-Castillo tienen por delante. La disyuntiva es: seguir como vamos, o cambiar sustancialmente el rumbo. La tercera vía es conformarse con algunas mejoras, que siempre resultan insuficientes.
1 Pobreza
Los últimos datos disponibles de organismos internacionales muestran que el índice de pobreza en Guatemala es de 59.4%, lo que significa que 6 de cada diez habitantes del país viven en la línea de subsistencia, pero lo grave es que más de un 15% está en el rango de pobreza extrema, lo que significa que no les alcanza para cubrir la canasta básica de alimentos.
Eso explica en gran medida el que seamos el país latinoamericano con mayor índice de desnutrición infantil crónica (DIC), con un 49.8% de niños menores de cinco años afectado por este mal, que se traduce en muerte o malformación en el crecimiento. Esto debería ser de una alarma para cualquier gobierno, pero aunque aparece en los planes de trabajo, el efecto en la práctica termina siendo nulo.
Otras causas vinculadas a la pobreza son la mala educación pública, los deficientes planes de salud pública –con las crisis siempre presentes en los hospitales–, en donde hay que poner especial atención a la compra de medicinas, uno de los focos de corrupción que no tampoco ha sido atendido, mucho menos eliminado con el correr del tiempo y el paso de los gobiernos.
Incide en la pobreza también la falta de empleo. Todos los gobernantes ofrecen que se abrirán cientos de miles de puestos de trabajo –o millones–, pero no hay políticas públicas dirigidas en ese sentido.
El presupuesto del país está condicionado principalmente a los gastos de operación y pago de la deuda –que crece enormemente cada cuatro años–, por lo que poco o nada es lo que se hace para combatir la pobreza.
2 Lucha anticorrupción
Por más que haya sectores que critican la labor desarrollada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), se debe reconocer que hoy hay conciencia y claridad sobre el efecto negativo que la corrupción ha tenido en el desarrollo del país, siendo uno de los frenos más significativos para cambiar esa realidad de pobreza y falta de oportunidades.
Sin la CICIG, Giammattei y Castillo tienen una responsabilidad gigantesca para buscar mecanismos auténticos que puedan contribuir a que su administración sea transparente, por mas que la guerra ya iniciada en los tribunales vaya a perder toda su fuerza.
Tener una comisión de transparencia no es suficiente. Deben crearse políticas públicas eficientes y claras, que puedan ser medibles. En 2013, bajo el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, se creó la Comisión Presidencial de Transparencia y Gobierno Electrónico, que contó con un presupuesto de más de Q15 millones. Luego esa dependencia pasó nada menos que a manos de la propia Baldetti, quien nombró a cargo a su amiga Verónica Taracena, quien terminó siendo una especie de tapadera, en vez de promover la transparencia en los negocios del gobierno del PP.
Si el nuevo gobierno no hace nada sobre el particular, no cabe duda que el nivel de corrupción volverá a subir a los niveles en que se encontaba y entonces no habrá dinero en el Estado que alcance para las cosas importantes que hay que hacer.
3 Migración
Con el famoso acuerdo de tercer país seguro –aunque no se le quiera llamar así–, firmado por representantes de Jimmy Morales con Estados Unidos, bajo la presión de Donald Trump, el tema de los migrantes guatemaltecos que viajan indocumentados a aquel país ha cobrado notoriedad y puede convertirse en un problema explosivo.
Si se sigue optando por la vía de perseguir y castigar a migrantes y coyotes, lo que se estará creando es una bomba de tiempo, porque la pobreza es tan grande que empuja a las personas a tener que inmigrar. No encuentran –ni existe– otra opción. Resolver los temas mencionados antes: educación, salud y trabajo, llevará tiempo y mientras tanto, la situación, principalmente en el área rural, se hará más crítica.
Si se suma a ello los problemas que hay que atender de aquellos extranjeros –principalmente salvadoreños y hondureños– que solicitan asilo a Estados Unidos y permanecerán en el país mientras se resuelve su solicitud, entonces vemos que hay otra bomba que costará mantener desactivada.
Al mismo tiempo, Trump insiste en deportar más y más guatemaltecos. Este año será cifra récord, lo que con el tiempo puede traducirse en una reducción del envío de remesas y, con ello, un impacto negativo en la economía del país.
Complejo entonces el tema. Se debe negociar con Estados Unidos, al tiempo que se apresuran las políticas sociales para atender las causas de la explosiva salida de guatemaltecos del país.
Tampoco es justo ni correcto seguir con la política de abandono de defensa de los derechos de los connacionales que se encuentran en EEUU y son objeto de vejámenes y persecución, muchas veces violatoria de sus derechos humanos.
4 Economía
Se estima que la economía crecerá este año por encima del 3% previsto inicialmente. Sin embargo, estará lejos del resultado de los años 2006 y 2007 –administración de Oscar Berger–, cuando se registraron índices de crecimiento de 5.4% y 6.3% respectivamente, los niveles más altos alcanzados en el siglo XXI.
El Banguat y la Junta Monetaria han logrado mantener estables los índices macroeconómicos más importantes, como son la inflación y el tipo de cambio, pero se muestra bajo el índice de la Actividad Económica, que al terminar 2019, se situará apenas en un 3.1%.
Las remesas familiares siguen siendo una de las patas más importantes de la economía nacional, con una proyección para este año superior a los US10 millones, un flujo de divisas que inyecta dinamismo a la actividad económica, por encima de las actividades tradicionales, como el café, el azúcar, banana y demás productos tradicionales y no tradicionales.
La infraestructura sigue siendo un talón de Aquiles para desarrollo económico del país. La red vial, atendida bajo presión en los dos últimos años del presidente Morales, no ha tenido una mejora sustancial en ampliación en la última década, por lo que se debe mejorar. El retorno anunciado del ferrocarril, puede ser considerad un paso importante, luego que el presidente Álvaro Arzú condenara a su fin a este importante medio de locomoción de personas y productos.
Respetar al Banguat y mantener moderación en las políticas macro es importante, pero hay que buscar una reactivación de la economía, con el fin de producir también satisfactores sociales, principalmente en la generación de empleos.
5 Conflictividad social
Los gobiernos pasan y dejan como herencia una bomba de tiempo que crece en peligrosidad y que puede explotar en cualquier momento. El resultado de esto son los bloqueos de carreteras y las protestas con manifestaciones que llegan muchas veces a la capital, como reflejo de la falta de atención y búsqueda de soluciones.
Tanto en la administración de Pérez-Baldetti, como en la de Morales-Jafeth Cabrera, se han montado comisiones especiales para atender la conflictividad, pero ni en aquella ni en esta, se han visto adelantos y soluciones a los grandes temas.
Donde se concentra la conflictividad es en dos sectores principalmente: la energía eléctrica –generación y distribución– y en la minería. Aparte, por supuesto, está la situación que se genera en torno a la pobreza y que deja como caldo de cultivo para que el malestar popular se manifieste.
Todos los gobiernos han comprobado que hacer frente a las situaciones que se dan –bloqueos, invasiones, protestas, etcétera– traen consigo el problema de enfrentamientos entre pueblo y fuerzas de seguridad, un peligro que siempre está latente.
Si no se atienden la mayor parte de problemas que se han mencionado, es seguro que aquí será donde tengan repercusión.
6 Seguridad y Justicia
Combate a las extorsiones y mejoras en presidios son vitales en el campo de la inseguridad pública. La administración de Morales y FCN-Nación, descabezó y creo desorden en la carrera de la Policía Nacional Civil (PNC), una situación que debe corregir de manera imperante el nuevo gobierno.
En materia de justicia, lo que habrá que ver, es cuánta independencia se permite al Ministerio Público y el Organismo Judicial, porque últimamente se ha visto una sumisión que impide pensar que fiscales, jueces y magistrados pueden actuar sin influencias del sector político –Ejecutivo y Legislativo–.Mucho de esto dependerá de la forma en que se elijan la nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) y magistrados de sala, porque si el futuro partido oficial deciden intervenir en la manipulación, entonces es poco lo que se podrá esperar.
Adicional a ello, la aprobación de un presupuesto adecuado para garantizar la labor del sector es muy importante. Serán los primeros mensajes.
Si algo conoce Giammattei es el sistema penitenciario. Sin embargo, durante su gestión no se resolvieron los graves problemas, al extremo que al día de hoy se carece de medidas y equipo adecuado para impedir el ingreso de armas y, sobre todo, teléfonos celulares, que son los que facilitan la conducción de los grupos de extorsión desde las cárceles.
7 Ambiente
Guatemala ha carecido de políticas ambientales, lo que facilita que existan lo que en otros países se conoce como delitos ambientales. Aunque existe una fiscalía y algo se ha hecho en legislación, en su aplicación no existe nada que favorezca la protección ambiental.
Eso facilita que sectores agroindustriales y otros abusen de los recursos, al extremo de llegar al desvío de ríos o al aprovechamiento excesivo de las aguas. Tampoco hay controles reales sobre nuevos o viejos proyectos que, muchas veces, no cumplen con los requisitos mínimos ambientales para operar.
El Ministerio de Ambiente, en vez de ser un defensor de los recursos naturales del país, se convierte en aliado de las compañías a las que debe supervisar, principalmente por la corrupción que rodea la elaboración de los estudios ambientales.
De planes a la acción
Hay que reconocer que casi todos los programas de gobierno de administraciones anteriores han contemplado estos grandes desafíos, pues son evidentes y cada uno de ellos –o la mayoría–, son objeto de temas de campaña. Sin embargo, ya en la práctica, los gobernantes se entrampan en la maraña burocrática y poco es lo que logran al final de sus gestiones.
Para comprobar lo anterior, se puede destacar que Guatemala mantiene una economía macroeconómica sólida, hace tiempo que mantiene un crecimiento un poco superior al promedio latinoamericano, pero en la situación socioeconómica persiste.
El tema fiscal pocas veces se aborda, a pesar de las recomendaciones de organismos internacionales de lograr un mayor nivel de tributación, que está entre las más bajas del hemisferio.
Como fácilmente puede apreciarse, la mayoría de desafíos están íntimamente interrelacionados entre sí. Si hay corrupción, la economía no florece y no hay políticas definidas, la pobreza y la migración seguirán siendo notas destacadas, acompañadas de inseguridad, que muchas veces encuentra en las pandillas a jóvenes que prefieren la violencia porque no tienen otras opciones de vida.
El gabinete es clave
El equipo de trabajo que se integre durante los cinco meses de transición que quedan por delante, permitirá ver el rumbo que se tomará y marcará los resultados que se puedan esperar. Si se escoge a los ministros, secretario, viceministros y directores de instituciones a amigos o recomendados, pues veremos una réplica del gobierno de Morales, calificado como mediocre por la mayoría de la población, según las encuestas.
Si en vez de ello se busca a personas capaces, que aporte, sean honestas y tengan iniciativa, el gobierno Giammattei-Castillo tendrá posibilidad de hacer frente a los desafíos. El ingrediente equipo hay que acompañarlo con voluntad política.
ADEMÁS
Un Pacto Social ayudaría
Un problema siempre latente en Guatemala es la desconfianza y posiciones polarizadas que nos llevan a la confrontación. Casi todos los gobiernos han buscado el famoso diálogo nacional cuando enfrentan sus primeras crisis, ya sean políticas o sociales.
Sin embargo, pocas veces se ha pensado en un Gran Pacto Social, que permita la búsqueda de soluciones, y el mejor momento es convocarlo en el período de transición o en los primeros dos meses del nuevo gobierno.
Temas como lucha contra la corrupción, el tema fiscal –ya hubo un Pacto Fiscal, que no se concretó–, las polémicas en torno a la conflictividad social y el tema migratorio y la lucha contra la pobreza, podrían marcar la agenda.
Si no se piensa en un Pacto Social, es posible que muchas de las iniciativas naufraguen, según los analistas.