El gobierno británico tuvo que defender sus nuevas reglas de distanciamiento físico contra la propagación del coronavirus, tras denuncias de que la imposibilidad de encontrarse con alguien en un lugar cerrado implica de hecho una «prohibición del sexo».
El Reino Unido emprendió un desconfinamiento gradual el lunes, día en que entraron en vigor las nuevas consignas.
Estas permiten ahora las reuniones al aire libre en grupos de hasta seis, pero prohíben que dos personas que no comparten casa se encuentren en un lugar interior.
La medida fue denunciada por algunos medios como una «prohibición del sexo» y la etiqueta #sexban comenzó a ser tendencia en Twitter, donde se bromeaba sobre la autorización a mantener relaciones al aire libre pero no en casa.
El objetivo de todas estas medidas es proteger la salud pública y reducir las tasas de infección, defendió el ministro de vivienda, Simon Clarke, en la radio privada LBC.
«Es de vital importancia, claramente, que la gente se quede en su casa y no tengamos ningún riesgo adicional de transmisión y este es obviamente un paso clave para lograrlo», afirmó.
«Es justo decir que el riesgo de transmisión del coronavirus al aire libre es mucho menor que en los espacios interiores», señaló, pero «obviamente no animamos a la gente a hacer algo así afuera, en este momento o en cualquier otro», agregó en referencia a las relaciones sexuales.
Quien sea descubierto infringiendo las reglas se enfrenta a una multa de 100 libras (125 dólares, 112 euros), aunque el gobierno señaló que la policía no tiene poder para entrar en los hogares a menos que se sospeche de una «actividad criminal grave».