Lo que se sabe de los «Panama Papers» un año después

Ciudad de Panamá, Panamá |

El escándalo de los «Panama Papers» sacudió hace un año la escena internacional: estremeció gobiernos, expuso a personajes distinguidos, desató investigaciones en todo el mundo y golpeó la imagen de Panamá como un centro financiero internacional.

– ¿Qué son los Panama Papers? –

Se trata de una filtración de 11,5 millones de archivos digitales de la firma legal panameña Mossack Fonseca que reveló cómo personajes acaudalados del mundo crearon empresas offshore para resguardar bienes.

Los datos fueron obtenidos por el diario alemán Sueddeutsche Zietung, que los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), y fueron divulgados el 3 de abril de 2016 por varios medios. Las revelaciones continúan apareciendo.

– ¿Cuál fue el impacto? –

El primer ministro de Islandia se vio obligado a renunciar luego de que los documentos revelaron que su familia ocultó bienes en entidades offshore.

El efecto del escándalo fue mayúsculo en su momento.

Otras personalidades expuestas al escrutinio fueron el exprimer ministro británico David Cameron, el astro del fútbol Lionel Messi, el presidente argentino Mauricio Macri, el cineasta español Pedro Almodóvar, el primer ministro pakistaní Nawaz Sharif y muchos otros políticos y allegados.

Al menos 150 investigaciones se abrieron en 79 países para examinar posibles casos de evasión fiscal o lavado de dinero, según el Centro de Integridad Pública, un grupo estadounidense sin fines de lucro.

Líderes políticos de varios países se vieron involucrados por tener operaciones en el bufete panameño.

Francia incluyó a Panamá en su lista de paraísos fiscales. El país centroamericano lucha para mostrarle al mundo que cumple con las normas internacionales de transparencia, al compartir información tributaria con otros países para evitar entrar en otras listas negras.

Los socios fundadores de Mossack Fonseca, Jürguen Mossack y Ramón Fonseca, fueron arrestados el 9 de febrero por cargos de lavado de dinero y permanecen detenidos en el marco de la investigación sobre los posibles vínculos de la firma con el escándalo brasileño de corrupción Lava Jato.

En marzo, fiscales panameños dijeron que retomarían la pesquisa de los Panama Papers, que había sido suspendida durante dos meses por motivos técnico-legales.

– ¿Ya pasó la tormenta? –

No está claro si ya se disipó la tormenta: algunos políticos aún tienen asuntos pendientes de aclarar mientras otros, como Macri y el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ya están fuera de la nube.

En Pakistán, la Corte Suprema debe pronunciarse en abril sobre la revelación de que los hijos del primer ministro Sharif poseen empresas en las Islas Vírgenes Británicas (IVB) que realizaron transacciones millonarias con propiedades.

Aunque la filtración de documentos puso a Panamá en la mira, el escándalo ha centrado la atención en las IVB (donde fueron registradas varias entidades administradas por Mossack Fonseca) y otros sitios que mantienen sigilo financiero.

Entre esos sitios figuran estados de Estados Unidos como Nevada, Wyoming y Dakota del Sur. Varios grupos han señalado que Washington no ha adherido a una normativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de compartir información financiera.

Asimismo, Estados Unidos y Gran Bretaña estudian posibles cambios tributarios que podrían afianzar prácticas cuestionadas en sus territorios y dependencias, como las Islas Vírgenes Estadounidenses, las IVB y las Islas Cayman.

Un año atrás, los Panama Papers abrieron la perspectiva de una campaña mundial de saneamiento tributario contra los ricos que usan entidades opacas offshore.

Sin embargo, en 2017 eso parece no ser una prioridad para gran parte del mundo, que intenta adaptarse a los cambios en materia de comercio y seguridad.

Bufete Mossack & Fonseca  apenas una sombra de sí mismo

El edificio de vidrios polarizados del bufete de abogados protagonista de los «Panama Papers» terminó convirtiéndose en atracción turística, mientras el país busca eliminar su imagen de paraíso fiscal, un año después de que estallara el escándalo.

Situada en el corazón de la moderna área bancaria de la capital panameña, la sede del bufete Mossack Fonseca pasó a ser parada para turistas que llegaban a tomarse «selfies» frente al rótulo de la firma, cuyos documentos expusieron maquinaciones financieras de ricos y famosos de todo el mundo para evadir impuestos.

El rótulo de Mossack Fonseca ya no luce frente al inmueble aunque la firma de abogados, con 40 años de historia, continúa operando con una fracción del equipo que tenía el 3 de abril de 2016, cuando un consorcio periodístico internacional expuso los llamados «Panama Papers».

Antes del escándalo trabajaban para Mossack Fonseca unas 600 personas en todo el mundo, incluido Panamá. Un año después no llegan a 200.

El caso está bajo investigación de la fiscalía, aunque no hay procesados ni detenidos en Panamá. Sin embargo, los fundadores del bufete, Jürguen Mossack y Ramón Fonseca, están presos en el país canalero, pero por el escándalo de corrupción brasileño Lava Jato.

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